1. La llamada

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Una llamada hace que Simon se lévate de la mesa y se dirija a la sala. En la pantalla se ve un numero desconocido, aun así el responde. Esperando que sea ella, ya que le perdió el rastro hace tan solo unos días, después de todas las entrevistas. Rebecca se queda en la cocina, con los chicos, y Stella ayudándole con la cena.

—¿Diga? —responde—. ¿Quién habla?

—El amor de tu vida —, una voz femenina del otro lado del teléfono le responde, después suelta una pequeña risita, y la reconoce, si es ella—. Perdón, soy Robin —, eso ya lo sabía—. Es que todavía no me salgo del papel, después de 7 años es difícil dejar de ser Teresa.

—Si, lo sé —. Definitivamente lo sabía—. No importa que ya casi pasé un año, no me acostumbro a estar en mi casa de nuevo, y ¿sabes que es lo peor? —la castaña contesta con un "¿Qué?" y el continua— ¡Que ya no nos vemos ni en entrevistas!

Ella se sonroja un poco y ríe—. Tienes razón, es tan raro dejar de vernos casi a diario.

—¿Cambiaste de número? —El rubio cambia de tema rápidamente al ver a su hijo menor acercarse a el para decirle que la cena está servida.

—Si, es que mi otro teléfono se me perdió. Perdón por no haber llamado antes.

—Si no te preocupes —, Harry volvió a la cocina con su madre y hermanos y el rubio se sintió con mas libertad —. Estaba pensando...

—¿Cuándo nos vemos? —dijeron al mismo tiempo, causando que rieran.

—¡Simon, la cena! —es ahora Rebecca quien lo llama, desde la puerta de la cocina.

—Ya voy —, dijo respondiéndole—. Perdón, es Rebecca, dice que la cena esta lista.

—Si, los saludas de mi parte.

—Claro, Nos ponemos de cuerdo luego ¿sí? —La ojiverde asiente —Vale, adiós.

—Adiós.

ººº

—¿Quién era? —pregunto Rebecca poniéndose su pijama.

—Era Robin —. Fue sincero, no quería pelear más, además ¿Para qué ocultar su llamada?

—Ya veo por que no tenias muchas ganas de sentarte en la mesa —. Simon suspiro, estaba cansado, su día había sido tranquilo, pero ya estaba cansado de pelear por escenas que se dejaron de filmar hace un año.

—Rebecca, por favor, tengo sueño —. Rogo

—Si yo fuera Robin, ¿También lo tendrías, o seria al contrario? —Simon se acostó en la cama, Rebecca había terminado de ponerse su pijama pero se queda de pie.

—¿Cuál es el punto? —respondió, solo por el hecho de que sentía que debía dejar que Rebecca terminara de hablar.

—Eso es exactamente lo que quiero que me expliques. ¿Por qué podéis pasar toda la tarde hablando con Robin, pero a una sola palabra mía te aburres?

—Por que ella habla, realmente lo hace, lo único que haces tu es pelear, como ahora.

—Pero porque...

—Antes de que digas algo, ¿Por qué no terminar como amigos? —Rebecca entendió a lo que se refería el rubio—. ¿No es mejor terminar bien? Acabemos esto de una vez por todas, yo no quiero seguir peleando, y yo creo que tu tampoco.

—¿Así nada más? Solo le entregamos los papeles al abogado ¿Y ya? —el ojiazul se encoje de hombros—. ¿No quieres pelear más por nuestro matrimonio?

—Rebecca, ¿No te has dado cuenta? Hace mucho tiempo que dejamos de pelear por nuestro matrimonio, y empezamos a pelear en nuestro matrimonio —. Suspiro—. Esto, nosotros, no es un matrimonio, ya no más. Es solo costumbre, y el miedo a ver que hay en el exterior, después de nosotros, es lo que nos mantiene aquí.

Todavia en el papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora