INSIDE YOUR MIND (Mi Princesa Suicida EDITADO)

Capítulo 22

Golpearon dos veces la puerta de mi habitación, sabía que se trataba de las chicas, abrí la puerta con la mano libre, ya que con la otra acomodaba mi cabello.

-Todo está listo. –habló la morena mientras se acercaba a mí. –los chicos están por llegar, los padres de Mike nos están apresurando.

-Entiendo. –asentí con la cabeza.

Mi mente estaba en blanco, siquiera pensaba en el rubio, no comprendía qué estaba ocurriendo, no podía aceptarlo, parecía un mal sueño, pero estaba consciente de que estaba despierta y que en menos de una hora tendría que despedirme para siempre del que fue mi mejor amigo.

Mamá estaba devastada, podía notarlo, durante mucho tiempo lo vio como un hijo más, por lo que al bajar por las escaleras esperaba ver aquella escena, lágrimas corriendo por sus mejillas, un pañuelo envuelto por su puño y las mejores intenciones de disimular su dolor ante nosotras.

-Es hora. –tomé su mano.

-¿Esperaremos a los chicos?. –preguntó mientras intentaba limpiar sus lágrimas y poner la mejor expresión posible en su rostro.

-Estarán aquí enseguida. –se adelantó a responder Dani. –rodeó con su brazo a Cami, quien se encontraba pasmada.

-¿Quieres ir por un vaso de agua mientras esperamos?. –tomé el brazo de mamá, pero el timbre sonó interrumpiendo mis palabras.

-Será mejor que nos vayamos. –negó la mujer mientras se adelantaba a abrir la puerta.

[...]

Quizás había música, quizás la gente hablaba, quizás había llanto. Mi mirada estaba fija en la tumba del rubio, sentía los brazos de Tom abrazándome con firmeza, probablemente me decía que estuviera tranquila, que llorara, que me desahogara, pero no podía hacer más que mirar la tumba, no temblaba, no lloraba, no tenía siquiera un nudo en la garganta que me indicara que la situación me causaba algún tipo de dolor, solo miraba la tumba y pensaba, pensaba en las veces que le grité, en las discusiones, en sus palabras, luego comencé a recordar sus abrazos, sus bromas, su risa. Era injusto, sentía profundamente que tuvimos el tiempo suficiente como para percatarnos de su dolor.

En un momento levanté la mirada y pude ver a todos y cada uno de los acompañantes, Camile, Daniella, Zack, Patrick, Logan, Cloe, Lara, Gloria, David, Nora, Gabriela, Mamá, sus padres, familiares alrededor, algunos compañeros de la escuela. Mike era un chico tranquilo, pocas veces se le pudo ver inserto en algún problema, siempre mantenía un bajo perfil, estaba cuando alguien lo necesitaba y ponía la felicidad de todos antes que la suya. El rubio jamás dejó ver su dolor, estaba sufriendo y ninguno de nosotros pudo verlo, estábamos pendientes de nuestras propias vidas sin notar que el chico que siempre nos prestaba una mano necesitaba la misma ayuda de vuelta.

Muchas veces pensamos que nadie comprenderá nuestro dolor, que solo nosotros sentimos, que solo nosotros sufrimos, que solo nosotros estamos pasando momentos difíciles. No podría decir qué fue lo que pasó por la mente de Mike para acabar con su vida, ninguno de nosotros podría, pero sé que si hubiésemos abierto los ojos a tiempo podríamos habernos percatado de la situación y probablemente hoy no estaríamos despidiéndonos de él.

La vida da muchas vueltas, siempre pensaron que yo sería la que acabaría con su vida, las personas a mi alrededor me apuntaban con el dedo, me llamaban suicida, me lanzaban papeles, yo podía vivir con eso, estaba acostumbrada, yo sabía quién era y no necesitaba comprobarle nada a nadie, mis cortes y mis crisis eran un tema, pero el pensar en acabar con mi vida era algo completamente diferente, he luchado, he querido rendirme, he temido de mi misma, y sé que mi madre durante mucho tiempo estuvo esperando que llamaran al trabajo para darle las malas noticias, o verme entrar una vez más a urgencias por los cortes.