[032.]

2.8K 406 220
                                    

A primera hora de la mañana Neito tomo sus cosas y salió a paso firme de aquella imponente mansión con paredes de vidrio fino y pisos brillantes tan solo para encontrarse con Feitan y su automóvil negro estacionados en la salida.

Se acercó a él manteniéndose impasible.

— Lo que sea que vayas a decir, no me importa. — dijo parado frente al pelinegro quien estaba recargado sobre el porche del auto, este soltó un bufido y se irguió para entrar al vehículo.

—Solo sube. Sabía que querrías largarte de aquí tan pronto como tuvieses la oportunidad.—comento en lo que El rubio subía al vehículo de forma silenciosa.

—Si piensas que voy a darte las gracias puedes joderte mucho...—pues su plan inicial había sido tomar un taxi ya que el chofer de la familia claramente tenía indicaciones de no llevarlo a ningún lugar, como si no conociese a su madre.

Tan solo pensar en ella le provocaba un revoltijo asqueroso en el estómago y no podía evitar cruzarse de brazos en alguna postura en la que se sintiese algo más seguro y protegido.

Lo único que escucho del pelinegro fue un suspiro y luego el vehículo se puso en movimiento, no es que despreciara el acto, pero tan solo sentía que el pelinegro estaba aprovechando una oportunidad tan baja como aquella para acercarse.

Cobarde.

Recostó su cabeza sobre el vidrio de la ventana, realmente lo único que quería en ese momento era llegar a la U.A y volver a su rutina diaria... El año escolar estaba a nada de culminar y tendría que regresarse a su casa para las vacaciones de invierno, quería estar con Hitoshi y no poder hacerlo le traía de un humor terrible, mucho más sumando aquello que había visto estando en el salón junto con su madre.

Sabía que no era real, sabía que solo se trataba de pesadillas e imaginaciones...

Pero aun asi...

Fue terrible, fue asqueroso y doloroso.

Cerró los ojos buscando eliminar aquellas imágenes de su cabeza que ni siquiera sabía que podría llegar a imaginar, Feitan le dio una mirada de reojo pero no dijo ni hizo nada más.

.

.

.

—No toques nada.—hablo con voz fría y molesta mientras doblaba sus prendas y las colocaba en su bolso de forma ordenada.

Seiji rodo los ojos dejando la sudadera negra doblada sobre la cama de nuevo. Aquella mañana Hitoshi estaba alistándose para tomar el último autobús de la tarde y volver a la U.A.

—Me parece raro que compres algo de tan buena calidad, sé que podrías hacerlo pero usualmente eres muy tacaño.—Dijo con los ojos en la sudadera y es que...

—No te la voy a dar.

—Di lo que quieras, tarde o temprano será mía.— Y es que Mihoko siempre se la pasaba regalándole a Seiji la ropa de Hitoshi, según porque ya le iba quedando pequeña o solo porque "no la usaba" y que probablemente la prenda se pudriría en lo profundo del mueble.—Acaso es un regalo de Neito?

Hitoshi dejo de doblar, quedándose quieto unos segundos para luego continuar con lo suyo.

—Si es asi no es asunto tuyo.—Dijo tomando la sudadera para guardarla antes de que Seiji siguiera molestando. —Fuiste demasiado lejos, quien debía decirles sobre eso era yo.

—Ya te dije que no fue mi intensión lo de la noche anterior. Se me escapo, creí que ya le habías dicho a tus padres. —Se excusó claramente mintiendo. Probablemente antes le hubiese creído aunque sea un poco, pero después de haber convivido tanto con Neito ya nadie era capaz de llegar a la altura de las magistrales actuaciones del rubio.

—Aja, lo que digas Seiji. Te creo.—Soltó con ironía sin siquiera mirarlo.

—Que te digo la verdad, además no esperaba que pusieras asi de molesto, no sabía que fueras del tipo toxico primo. —Una sonrisa burlona se le escapo mientras hablaba.

—Lo que Neito haga me trae sin cuidado, es libre de hacer lo que se le pegue la gana.—Sobre todo porque no importa cuánto le hablara nunca escucha y solo hace lo que quiere.—Él es dueño de sus acciones y de los efectos secundarios de ellas.—Dijo terminando de cerrar su bolso y llevarlo hacia donde ya había acomodado todo a mano para la hora de irse. —Y deja de llamarlo por su primer nombre.

—Entonces... ¿te trae sin cuidado que haya sido el quien me mandó un mensaje primero?—Hitoshi volteo a mirarlo por primera vez, su cuarto se hizo silencio y después de eso soltó un suspiro dejando ver una expresión de hastió ¿Por qué no lo vio venir? — ¿q-que pasa? —no era la reacción que esperaba.

—Si eso es cierto entonces no me interesa. —Las acciones de Neito le eran inofensivas en ese sentido. Lo que no le hubiese gustado nada hubiese sido que Seiji buscara a Neito con la única intensión de molestarlo con ello.

Si bueno, el mensaje que Seiji recibió de forma random un día era algo asi como...

«Oye, te pareces a mi novio pero él es mucho más guapo.»

Seguido de una fotografía donde claramente se veía a Hitoshi leyendo algún manga sobre la cama con una mano posada tranquilamente sobre una de las piernas de Neito que descansaban sobre el regazo de Hitoshi.

La sorpresa fue grande e incluso busco la forma de hacerle zoom y cerciorarse de que realmente fuera su primo lo cual fue muy obvio después de entrar al perfil del extraño dueño del mensaje, y maldición que era una cuenta jodidamente infestada de Hitoshi, parecía como alguna cuenta fan de su primo.

Fotos de Hitoshi molesto, fotos de Hitoshi cansado, fotos de Hitoshi comiendo, selfies del rubio con Hitoshi durmiendo, y todas parecían ser tomadas de forma desprevenida. Incluso se topó con unas "Historias destacadas" que solo llevaba por nombre un corazón purpura. Al entrar allí todo eran videos de cosas cotidianas como ver una película o lo que parecían ser citas, incluso un video de aquella ocasión donde después de un entrenamiento, ambos se ducharon y pasaron el resto de la tarde juntos sin tanto escándalo por parte del rubio porque realmente se sentía cansado, ambos estaban usando sus teléfonos y las piernas de Neito sobre el regazo de Hitoshi parecía ser su nueva posición de descanso favorita mientras grababa con su teléfono las reacciones de su guapo novio sin que este lo notara.

—Hitoshi, me duelen los pies.—Dijo con voz cansada y Hitoshi quien parecía estar muy concentrado en algo en su teléfono solo hizo un pequeño movimiento de cabeza como asintiendo.

—Hm—soltó mientras una de sus manos empieza a masajear de forma desinteresada uno de los pies del rubio.

—Hazlo bien. —Se quejó haciendo que Hitoshi rodara los ojos sin apartar la vista de la pantalla de su móvil. —Vamos, deja eso y hazlo bien. —se volvió a quejar y un gruñido irritado escapo del violeta para después ignorarlo y seguir aquello que no podía llamar masaje.—Hazme caso! —Lloriqueo el rubio para luego levantar su otra pierna haciendo volar el teléfono de Hitoshi de las manos del mismo yendo a parar al piso, una carcajada salió del Rubio mientras que Hitoshi ponía una cara de fastidio y hastió total. — ¿Se rompió? —Fue lo último que se escuchó entre fuertes risas del rubio antes de que dejara de grabar porque probablemente Hitoshi iba a matarlo.

Volviendo a la realidad, la mirada de Seiji si fijo en el teléfono de Hitoshi el cual descansaba sobre el escritorio, contaba con varias grietas en distinta direcciones.

Así que si se rompió...

—¿Qué le paso a tu teléfono?—Pregunto cambiando de tema, a pesar de que ya sabía.

—Lo rompió Neito. —Dijo sin más, con pocas ganas de seguir compartiendo el mismo aire de su cuarto con Seiji.

Después de aquel primer mensaje y luego de que Seiji entrara modo FBI revisando todo en el perfil del rubio ambos empezaron a charlar intercambiando mensajes de vez en cuando, quejándose sobre cosas del entrenamiento y de cómo les gustaba molestar a sus compañeros.

De alguna forma se habían vuelto ciertamente cercanos, algo asi como amigos aunque Seiji nunca revelo ser el primo de Hitoshi.

.

.

.

- Eres Tan Gay... Shinsou. [•ShinMono•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora