[034.]

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—Hijo, dame un abrazo.—su voz sonó dulce pero a pesar de esto Neito ya sabia de lo que se trataba, no era la primera vez que estaba en ese lugar y mientras no mantuviese a sus padres contentos tampoco seria la ultima, no es que se tratara de algún placer de su madre por hacerle sufrir, tan solo era que ella creía que esto era lo mejor para su hijo, y su mirada echando presión sobre Neito no hacia mas que oprimirlo.

Neito dio unos pasos hacia atrás, abrazándose a si mismo con la intención de crear una barrera entre el y la esbelta figura maternal parada a unos pasos frente a el, no quería verse de nuevo con los recuerdos retorcidos por una imaginación que no sabia que podía poseer. No quería volver a tener recuerdos como los de su infancia, donde ya no sabia cual era real y cual era una ilusión cruel y terrible.

—Estoy bien así.—Alego con expresión sombría, el rostro de su madre se contrajo, ella no tenia tanta paciencia. —Estoy algo cansado...—se excuso a pesar de que no le serviría de nada el intentar cubrir aquel intento de salvarse y desviar el camino que esta situación estaba tomando.

—Le estas negando un abrazo a tu madre? Nei, cariño no seas así... mamá te ha extrañado mucho.— Pues ya nos hemos abrazado cuando llegue... ella se acerco a neito y este volvió a dar un paso hacia atrás viendo como su madre fruncía el ceño con molestia.

A Alissa no le fascinaba aquel rechazo que le tenia Neito por culpa de utilizar su particularidad, pero ese chico siempre había pensado que tenia la razón sobre todo y ella aceptaba no ser la madre mas ejemplar, de hecho no lo era y sabia que jamás seria una madre modelo, sobre todo por que esa nunca fue su meta y tampoco quiso serlo nunca, simplemente tenia hijos y como cualquiera que era una madre primeriza, cometió errores aunque en cambio a la mayoría ella nunca se esforzó por aprender o cambiar aquellos hábitos para convertirse en alguien mejor a los ojos de sus hijos y simplemente utilizo la facilidad que el dinero le otorgaba, contratando a otras personas que pudiesen criar a sus hijos por ella. Lo que genero cierto desapego emocional, no se sentían como sus hijos pero ella sabia que lo eran por lo que le tocaba asumir su papel como progenitora y dar la cara por lo que quedaba.

No entendía a Neito y su afán por controlar todo lo que se mueva, mas bien le molestaba por que ambos poseían la misma actitud aunque sus personalidades diferían bastante, le molestaba el dominio que tenia su hijo sobre su reputación y la de su marido e inevitablemente aquello se convirtió en una guerra absurda por quien dominaba a quien. Ella no era alguien buena y todo lo que le quedaba por defender era su reputación como esposa y una de las cabezas de la familia Monoma, a veces dejaba de ver a neito como su hijo y solo veía a un chiquillo en busca de controlar a sus padres y vaya que lo lograba...

Neito solo necesitaba recordar quienes eran los que daban las ordenes en aquella mansion.

—No veo que sea necesario.

—¿a que le temes Nei? Mamá no va a lastimarte... pero tienes que saber que mamá sigue molesta por lo que dijiste hace un rato...—Y neito sabia que esto no iba a llegar a ningún lugar mientras siguiera tratando evitarlo, que de todos modos iba a pasar y ella no lo dejaría ir hasta que finalmente cediera.

Quería que esto se acabara pronto, quería volver a su cuarto.

Quería oír la voz de Hitoshi antes de irse a la cama.

Tras pensar en ello, la nariz se le arrugo unos pocos segundos, sus ojos se cristalizaron de pura rabia y coraje mirándola con molestia antes de extender sus brazos de forma casi autómata y sin ganas. Ella se pego a su hijo con solo dar un paso largo al frente, rodeando el cuerpo de su adolescente hijo con sus brazos y neito cerro los ojos con fuerza.

Pesadilla.

La particularidad de su madre siempre había sido el mismo terror a los ojos de un pequeño neito de 8 años cuando supo lo que era por primera vez, hasta hoy día en sus 16 años. Pesadilla; su nombre le hacia realmente honor y consistía en hacer ver a sus oponentes el peor escenario que sus propias mentes podían crear, utilizando sus recuerdos como fuente para ello, haciéndoles imaginar cosas que ni siquiera ellos sabían que podrían llegar a siquiera pensar en algún momento, pero solo era eso, una ilusión creada por su imaginación, una jugarreta sucia de su mente y nada que realmente pudiese suceder, aun así estas ilusiones podían quedar mezcladas entre sus recuerdos como algo que si pudo haber sucedido aunque no fuese así. Y quien era abrazado por Alissa en ese momento no era el adolescente Neito, aquel bocazas malagradecido y engreído, no era el chico narcisista y confianzudo... Era el Neito de 8 años que temblaba terriblemente y se retorcía en busca de liberarse, con las manos en su cabeza, gritando por que era la primera vez en su acomodada vida que sentía tanto dolor por ver crueles escenarios que se sentían terriblemente reales.

—Shh ya paso, todo va a estar bien ahora mi pequeño...—Ella se dejo caer sentada junto a neito a quien las piernas le temblaban lo suficiente como para no lograr mantenerse en pie sin liberarle del abrazo.

Se cubría las orejas con ambas manos y cerraba con fuerza los ojos, no tenia tiempo para sentir las caricias sobre su espalda.

Déjame...

Por favor ya déjame ir, ya no quiero ver.

No quiero seguir viendo, no...

Su cabeza se sentía pesada y daba vueltas, su estomago se contraía una y otra vez y tenia miedo de abrir los ojos, ni siquiera puede recordar como salió de aquel cuarto tras apartar a la rubia de un empujón que tampoco sabe de donde saco fuerza para logarlo, lo que si recuerda es haber caminado por el pasillo con las piernas temblándole para luego caer de rodillas sosteniendo todo el revoltijo de su estomago que segundos después empezó a vomitar, los retazos que pasaban por su mente eran de un predominante rojo, rememorando los que mas asco y pavor le causaban.

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—¿corremos una vuelta mas?—Pregunto el pelivioleta mientras ambos uno al lado del otro trotaban alrededor de todo el campus de la U.A. Se habían puesto de acuerdo por empezar a hacerlo cada tarde después de clases.— Neito.—repitió al no obtener respuesta, la mirada del rubio estaba fija al frente pero volteo ligeramente ante el llamado y asintió, tras terminar aquella ultima vuelta Neito se recargo sobre sus rodillas en busca de tranquilizar su respiración y hitoshi se acerco a el en un intento de acariciarle la mejilla, sin embargo antes de lograr tocarlo el rubio le proporciono un manotazo.

—Estas todo sudado, no me toques así.—Hablo con desagrado para luego pararse erguido y estirar su cuerpo.

Hitoshi lo miro cansino y rodo los ojos.

—Tu también estas sudado.

—Aja, pero no me gusta que el sudor de mi cuerpo se mezcle con el tuyo. Se siente pegajoso y desagradable.—tras aquello un pequeño silencio se instalo entre ambos y la cara del rubio enrojeció mucho mas pero esta vez por una razón diferente de haber estado corriendo. Lo que si corrió fue la imaginación adolescente de ambos. Hitoshi quien también estaba rojo hasta las orejas tras aquello abrió la boca con intención de hablar pero neito se adelantó, cortando por completo con sus intenciones de hablar.— Sh. —Le silencio colocando su mano frente a hitoshi como "detente" sin siquiera verle la cara. —No. Cállate.

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- Eres Tan Gay... Shinsou. [•ShinMono•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora