Trente Sept.

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Una sorpresa esperaba a SeokJin y JungKook en el jardín de la parte trasera de su hogar.

La mañana más clara de la semana anunciaba las buenas nuevas cuando ambos chicos encontraron un pequeño capullo cerrado en medio de un lugar donde no había más que césped.

El chico azulado lo sintió en su corazón, sabía que SeokJin también lo había hecho. Ese capullo era solamente para ellos.

JungKook creó un par de luces y las dejó al rededor de la solitaria Margarita, mientras que el chico anaranjado hiso crecer más flores silvestres a su alrededor para que no se sintiera abandonada.

Compartieron un beso muy cortito, porque ninguno podía dejar de sonreír.

La piel azulada de JungKook brillaba y la anaranjada de SeokJin parecía el atardecer más luminoso del mundo.

Eran la tormenta y el atardecer perfecto.

Se comprometieron a velar por la seguridad del capullo todos los días, hasta que él mismo decidiera abrirse y ser lo que sea que estaba destinado para ellos.

Ambos jóvenes entraron al hogar de la mano, y el de la tranquilidad decidió no ir a trabajar para pasar el día con lo más importante de su vida, Kim SeokJin le esperaba en la sala con una sonrisa en los labios y sus brazos abiertos.

No podían esperar para contarle la noticia a todos.

Sabiendo lo que ello significaba.

Colours [KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora