"Una decisión difícil pero necesaria." Eso mantenía en mente Chittaphon, ya no podía seguir teniendo en su habitación los regalos de Kun, lo atormentaban con solo darle una pequeña mirada, por lo que luego de varios días y sin mencionar nada de ello a Elizabeth, decidió salir de cama y arreglarse de una forma casual que le diera seguridad para ir a pararse frente a él.
Ya no necesitaba esconderse tras el maquillaje y los elegantes vestidos, aún así le aterraba un poco lo que estaba por hacer.—Céline y tú son la misma persona... eres muy muy fuerte.
Dijo a si mismo frente al espejo unos diez minutos antes de salir de casa con una pequeña cajita en sus manos. Se apresuró en tomar un taxi y finalmente estuvo frente a aquel edificio una vez más.
El chico era inteligente, necesitaba enfrentarlo y así una vez dentro del lugar, habló amablemente con la recepcionista.—Tengo una entrega para el señor Qian Kun, pero me pidieron encarecidamente que el paquete debía llegar intacto a su oficina, ¿es problema que suba a dejarlo yo mismo?
El carisma definitivamente no era algo solo de Céline, estaba en él, ese ángel que el chico tenía hacia que cualquiera cediera ante él sin ser alguien imponente y agresivo. Era especial, muchos estaban de acuerdo con ello.
—Tranquilo Chittaphon, Elizabeth estaría muy decepcionada si llegas tan lejos para luego seguir llorando por un hombre, hazlo por ti y por ella ¿Sí?
Mientras subía repetía para si mismo que esto sería algo sencillo, y al parecer había funcionado. En cuanto estuvo frente a la puerta, golpeó tres veces hasta que la voz del empresario le dió el permiso de entrar.
—Con permiso...
La expresión de Kun lo dijo todo, se quedó helado y sentía como sus manos se volvían sudorosas. Su cuerpo por completo se había tensado y su corazón latía con fuerzas, fácilmente se podría decir que estaba más nervioso que el mismo Chittaphon.
—¿Vió un fantasma?— El menor de ambos se apresuró en entrar cerrando la puerta y llevando directamente la caja al escritorio ajeno.
—Vengo a devolverle esto... No puedo seguir conservando las cosas que me dió, claramente no le daré a Louis, es lo más preciado que tengo, pero no necesito éstas joyas. Usted verá qué hace con ellas.
La frialdad con la que Chittaphon habló hizo que el contrario entrara en una especie de pánico. Mantenía sus puños apretados sobre el escritorio, y asentía con dificultad a las cosas que decía el joven, aún las palabras no querían salir de su propia boca.
—Bueno... A eso venía, que tenga un buen día.
Kun de inmediato se puso de pie tomando una de las manos ajenas, impidiendo que saliera de allí.
Había decidido dejar de pensar y dejarse llevar por su instinto quizá, solo necesitaba paz para su mente y probablemente esta era una buena oportunidad.—Yo... Lo siento.
El chico volteó a mirarlo sintiendo poco a poco como sus ojitos picaban amenazando con dejar a las lágrimas salir, pero no podía permitir eso y solo iba a escuchar lo que el mayor tenía para decir.
—Pero tú, tú estás mal... No estoy de acuerdo con la vida que llevas pero tampoco debí ser tan agresivo, solo espero que puedas tomar un camino más... adecuado.
El "débil y pequeño" joven, con toda sus fuerzas se zafó del agarre y le dió un empujón al contrario haciéndolo alejarse.
—Por un momento pensé que eras diferente. No acepto tus disculpas y no, yo no estoy mal, tú deberías darte cuenta de que el mundo es demasiado grande como para que todas las personas sean como tú, ¿No que eras tan inteligente, licenciado? Podrías pensar un poco más las cosas que dices y haces antes de hablar. Tienes suerte de que no conozco a tu esposa o a tus padres, de seguro no les gustaría saber que estuviste besándote con un hombre.
Una vez más se aproximó a él, casi acorralandolo contra su espacio de trabajo. Kun se veía espantado, nuevamente estaba sin palabras, aquel chico le sacaba una parte de él que no conocía, siempre había sido muy valiente y concreto al hablar.
—Sé que podría tenerlo a mis pies aún sin Céline, señor... Es hora de que vaya dándose cuenta que lo que usted cree correcto no es lo que quiere su corazón.
Por último acarició los labios de Kun con su pulgar y salió de la oficina sin siquiera darle una última mirada, lo último que le había dicho definitivamente lo sacó de sus casillas pero sabía que algo diferente había en él, y quiso usarlo para que el lío en su mente fuese aún más grande después de su última visita. Aunque le doliera no ver nunca más al hombre que generaba cosquillas por todo su cuerpo cada vez que se veían a escondidas, sentía que era necesario luego de los momentos tensos que arruinaron su seguridad.
La tarde avanzaba, Chittaphon se encontraba en su departamento con una copa de vino en una mano, su cuerpo cubierto por una bata de seda y danzando de un extremo a otro en su habitación con Edith Piaf sonando en el fondo. Se sentía libre, había logrado encarar a Kun y aunque su corazón no podía mentir, disfrutaba de ese bienestar que le había traído la "conversación" que tuvo con el horas atrás. Esa luz tan característica de él comenzaba a hacerse visible una vez más, al parecer las cosas no serían tan oscuras para siempre.
—Louis, ven a bailar conmigo.
El pequeño felino lo miraba con un aire juguetón recostado en la cama del joven, mordisqueando las sábanas y meneando su colita lentamente. Esos momentos estaban haciendo que el alegre chico de antes volviera, quizá pronto se le vería una vez más en el gran escenario de Délicatesse, su lugar seguro y donde podía dar todo de si.
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Una vez más estoy aquí con un nuevo capítulo, uno bastante intenso a mi parecer (இ﹏இ'。) pero espero sea del agrado de ustedes!!
muchas gracias a las personitas que me apoyan ♡ me motivan a escribir al menos un poquito todos los días hasta poder entregarles una nueva partecita a la historia.
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Délicatesse | Kunten
Romanceterminada♡ Céline Von Teese, la renombrada estrella del Burlesque más famoso en la ciudad logra cautivar la atención de uno de los hombres más adinerados en París, Qian Kun. Lo que él no sabe, es que un chico con demasiados sueños por cumplir se ocu...