chapitre 4

232 32 4
                                    

La mañana por fin había llegado para Chittaphon, como nunca salió inmediatamente de su cama para comenzar a prepararse. Necesitaba mucho tiempo, convertirse en Céline no era algo sencillo, sobretodo por lo perfeccionista que podía ser el chico, aún así, las ansias por ver al mayor ese día ayudaron a que todo este proceso fuese un poco más rápido, al cabo de dos horas ya estaba listo para dirigirse al trabajo del señor Qian, pero Céline era una diva y planeaba hacerlo esperar un poco.
Nada podía ser mejor que una tranquila mañana en una pequeña cafetería en París, el joven se la había pasado desayunando exquisitos pasteles y galletas, todo con tal de jugar con la paciencia del mayor.

-Mh... Creo que ya es suficiente.

Murmuró.
Liberando un suspiro se levantó de aquel pequeño y cómodo sofá, dirigiéndose tranquilamente a la puerta luego de brindarle una radiante sonrisa al dueño del lugar. Sentía como los nervios comenzaban a hacerse presentes mientras estuvo esperando un taxi para llegar al edificio, no entendía por qué, normalmente ella era la que causaba eso en los hombres, no al revés, eso le molestaba un poco, pues no podía negar que el tipo tenía una linda sonrisa y lucía siempre muy bien, pero eso no era algo nuevo, tuvo la oportunidad de estar con muchísimos hombres guapos, tanto como él o incluso más.

-Mademoiselle...

La voz de un taxista logró sacarla de sus pensamientos donde cada vez se molestaba un poco más con Qian Kun por causar cosas extrañas en ella.

-Oh, lo siento.

Otra vez su mejor arma, una linda y angelical sonrisa y subió al vehículo sin ningún problema. Luego de un par de indicaciones el caballero estacionó a las afueras de aquel imponente edificio.

-Muchas gracias.- sacó dinero de su bolso y pagó el viaje, bajando seguidamente.

Liberando un suspiro caminó con seguridad hasta la recepción, apoyó una de sus manos en el mesón y saludó a la joven que se encontraba allí.

-Tengo una reunión con el señor Qian, ¿podría avisarle que ya estoy aquí? mi nombre es Céline.

La mujer levantó el teléfono marcando a la oficina de Kun, luego de unos segundos esta misma, amablemente le dió las indicaciones para que pudiese subir.

-Gracias, linda.

Antes de cualquier cosa, tomó un pequeño espejo de su cartera y retocó su labial rojo, haciendo un bello contraste con su piel blanquecina. Estaba segura de que esto sería sencillo, era claro que su "desorganización con el dinero" era una simple excusa para acercarse más a él y finalmente tenerlo en la palma de sus manos.

Tres golpes en la puerta de su oficina fueron los que lograron hacer que las ansias recorrieran el cuerpo de Kun por completo, pero no podía perder la compostura, y con un tono fuerte habló.

—Adelante.

La delicada mano cubierta de seda tomó el picaporte dejando ver a la bella mujer tras la puerta. El mayor se puso de pie acomodando su corbata mientras que ella se adentraba cerrando tras su cuerpo.

—Buen día, lindo.

La voz de Céline y su sonrisa al decir aquello. Kun se sentía débil, pero no se podía permitir caer tan fácil ante ella.

—Tome asiento señorita Von Teese.— Le hizo una pequeña seña con su mano hacia la silla frente a su gran escritorio a lo que la mujer inmediatamente accedió sin siquiera despegar la mirada de él.

Y la pequeña reunión había comenzado, Céline se las tuvo que ingeniar para que el contrario pudiese ayudarla, pero era muy lista y al parecer muy buena actriz, una artista completa claramente. Por otro lado, Kun estuvo en todo momento intentando enfocarse en lo que era realmente importante, pero el aspecto de ella, su perfume que se había adueñado de toda la oficina y aquella profunda mirada con la que no dejaba de cruzarse, cada vez se ponía más nervioso, sentía sus manos levemente sudadas y cada tanto debía aclarar la voz para hablar.

Délicatesse | KuntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora