chapitre 5

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La comida había sido simplemente exquisita, o tal vez era por la compañía que aquel momento sería inolvidable para Qian Kun. Definitivamente ver a la chica disfrutar de manera tan alegre sería algo realmente difícil de borrar de sus recuerdos, temía estar viendo a la joven con otros ojos a medida que la tarde avanzaba.

—Bueno, creo que ya se me está haciendo tarde, dejé mucho trabajo pendiente y aunque no quiera irme de aquí, debo hacerlo.— se notaba que estaba ligeramente apenado, no quería alejarse de ella, después de todo esa personalidad mimada y a la vez radiante de Celine lo estaba cautivando y podía ser demasiado peligroso.

—Oh ya veo, claro que la vida de los hombres exitosos y poderosos como tú debe ser ocupada y difícil... No te preocupes, solo espero estés presente para mi próximo show.— La mujer habló con suavidad apoyando su mentón sobre una de sus manos sin despegar si quiera un segundo la vista de los oscuros ojos ajenos.
Poniéndose de pie, caminó hasta un lado de él, dándose la libertad de sentarse sobre su regazo ignorando por completo al resto de clientes que habían en el lugar.

—Gracias por el almuerzo, estaba delicioso.— Besó una de sus mejillas dejando una marca de labial antes de ponerse de pie y salir del restaurante a paso lento. —Adiós.— Sonrió con ese aire travieso y salió del restaurante alejándose algo apresurada para tomar un taxi, Kun por otro lado seguía algo embobado, intentaba asimilar todo lo que había sucedido recientemente.

—Señor, la cuenta por favor.

Atinó a decir algo avergonzado luego de notar que algunas miradas seguían sobre él.

Luego de esa pausa volvió a la normalidad, como era común en sus días se lo pasó hasta la noche en la oficina, claro, a diferencia de otros esta vez de su mente no podía dejar de soñar con Céline, había algo tan único en ella, simplemente le asustaba el hecho de que lo estuviese volviendo loco, prácticamente ni se conocían y siguiendo los pocos pensamientos racionales que le quedaban, sabía que debía tener cuidado, pero aquellas alertas se veían totalmente opacadas al recordar lo hermosa que lucía durante la tarde.

Ya había llegado hora de partir, volvería a su realidad junto a su esposa, otro de sus grandes problemas. La mujer era hermosa y se conocían desde muy jóvenes, había cierto cariño por ella, pero no lo suficiente como para ser su esposa, estaba cansado y sinceramente no era reconfortante llegar y soportar sus berrinches, a veces pensaba en lo maravilloso que sería estar soltero, podía ver a su mejor amigo demasiado tranquilo a pesar de tener la misma edad, claro, él no tenía a alguien a su lado derrochando todo su dinero y dándole problemas por cosas mínimas, de seguro muy en el fondo de su corazón, anhelaba que al llegar a casa estuviese aquella chica que admiraba desde el público en un cabaret, la misma con la que tuvo la dicha de pasar una tranquila tarde en un restaurante pequeño y tranquilo, completamente diferente a lo que acostumbraba, pero obvio, Qian Kun no admitiría que eso era lo que en verdad deseaba, ahora esos pensamientos más realistas lo ayudaban a estar algo alerta, veremos si podrá tener ese mismo control en cuanto vea una vez más a la musa de sus sueños.

—Bienvenido a casa mi vida.— La voz de Fleur rompió toda la calma que había en sus pensamientos, estaba cansado y no le sorprendería que su esposa viniese a él con problemas o simplemente a hablar de ella y solo ella. —Te extrañé mucho.— los tacones de la joven resonaban en la casa al correr hasta Kun quien acababa de entrar a la casa. —¿Tú me extrañaste?— Sabía que algo quería conseguir, pero solo se dejaría hacer, no tenía ánimos para soportar sus lloriqueos.

—Si preciosa, te extrañé.— Asintió con una expresión bastante neutra, no acostumbraba a recibir tanta atención ni cariños por parte de su esposa, la mujer se había mantenido apegada a él, llevaban varios minutos frente a la puerta, ella solo rodeaba el cuello del más alto mirándolo a los ojos de una manera bastante... Peligrosa, quizá sus intenciones eran otras, la verdad no le vendría nada mal, por lo que no puso resistencia alguna en cuanto los labios ajenos comenzaron a besar su cuello y sus manos se deslizaban sin cuidado alguno por su camisa hasta dar con los botones del cuello.
Fue una noche distinta, ambos acabaron recostados sobre la enorme cama matrimonial, agotados y abrazados, había pasado bastante tiempo desde la última vez que tuvo ese tipo de momentos junto a su pareja, a decir verdad pocas veces sintió deseo por ella y esta, no fue una de esas veces, inconscientemente por su cabeza no podía dejar de pensar en Céline, cerraba los ojos e imaginaba que el peso sobre su pecho era ella acurrucada, cansada luego de una pasional noche, era lindo soñar, aún así le apenaba un poco Fleur, aunque dudaba que estuviese realmente enamorada de él, suponía que por la mañana haría un asalto a su bolsillo luego de "convencerlo" con expresiones lindas y demás, por ahora no estaba dispuesto a amargarse por ello y simplemente se dejaría caer por el sueño con la bella tarde que vivió aquel día en mente.

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Chittaphon había llegado a casa bastante destruido, pero feliz, sabía que su plan estaba funcionando.
Por suerte Kun era guapo, el último hombre al que manipuló era un viejito bastante desagradable la verdad, además, algo había en el señor Qian que le decía que podría llevar las cosas un poco más allá, algo en él era diferente a todos los demás que había manipulado para obtener cosas o dinero extra, nunca llegó a más que besos con sus otras víctimas, pues eran casados y siendo sincero con él mismo era un peligro exponerse tanto, sabía que podría haber salido sin vida de algún encuentro, pero sabía, su intuición lo llamaba a averiguar qué sucedía con él.
—Sé que algo escondes... Sé que tampoco podrás olvidarme Qian Kun.— Fue un pensamiento en voz alta seguido de pequeñas risitas mientras se deshacía de todo lo que llevaba encima dejando ver su delgada y desnuda figura a la vista, sin más fue hasta su baño entrando a la tina repleta de agua caliente.
Traía una sonrisa de oreja a oreja, luego de un cansador día podía obtener recompensas como ésta, nada se comparaba a la tranquilidad de su hogar, después de todo era su lugar seguro junto a Délicatesse, tenía claro que su vida corría peligro diariamente si se llegase a saber su secreto. Era un miedo constante oculto tras esa radiante y confiada personalidad, no conocía a muchas personas en situaciones al menos similar a la suya, podía tener como referentes a algunos de sus compañeros quienes igualmente habían sido de una u otra manera rechazados por su sexualidad. Sabía que no estaba solo, tenía toda una familia en el cabaret, pero el temor se apoderaba de su cuerpo en cuanto tenía que enfrentarse al mundo, salir a la calle con un perfil bajo, que los restos de maquillaje nadie los pudiese ver en su rostro, claro, era un hombre y se supone que los caballeros no hacen esas cosas, ¿verdad?
Desde muy pequeño Chittaphon tuvo claro que era totalmente diferente al resto, por mucho tiempo sufrió debido a eso, en su cabeza estaba mal, pero no sabía cómo solucionarlo, en cuanto a ahora, amaba cada parte de él pero no podía negar que era necesario estar oculto.








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holaa (´。• ᵕ •。') ♡ solo quería darle las gracias a las personitas que le dan apoyo a esta historia, me ha costado un poquito continuar escribiendo pero creo que pronto podré actualizar más seguido¡¡¡ o eso espero:c
a y perdón por el hecho de que en cada capítulo hayan separadores diferentes, me molesta un poco porque es un tanto desordenado pero me cuesta organizarme al escribir y también a decidir qué cositas usar, prometo ser más ordenada desde ahora ✧٩(๑•̀o•́๑)و


Délicatesse | KuntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora