JENNA
Era viernes. Día de fiestas, relajación y el que toda persona espera con ansias desde el inicio de la semana.
El preciado viernes había llegado y en vez de disfrutarlo relajándome en casa estaba en unas incómodas gradas, bajo el implacable sol y junto a dos chicas que no habían dejado de hablar desde que llegamos.
—¿Podrían dejar el pico al menos por un rato? ¿Acaso a ustedes no les afecta el sol, o es que tienen paneles que les dan energía? —dije callando a Doris y Gigi.
—¡Shhh! Calla, amargada —intervino mi mejor amiga poniendo su dedo en mis labios para silenciarme—. Esto es importante, en tres días es la fiesta y debemos organizarnos y saber cómo irá vestida cada una para no repetir estilos. —terminó de decir y yo le dediqué mi mejor cara de "No me importa".
—Eso te incluye a ti, Jen —espetó Gigi—. Porque vas a ir ¿Verdad? —Ambas me miraron expectantes.
—Supongo. —contesté sin mucho interés al respecto.
Mi madre muy pocas veces me dejaba salir.
"Muy pocas veces decides salir, mejor dicho."
Inquirió mi cerebro.
Sí, tenía razón. No me gustaba salir porque eso le daría una excelente excusa a mi madre para poder interrogarme hasta morir. Y porque el hecho de tener que ir a una fiesta de piscina no me emocionaba en lo más mínimo.
Sí, sé que le dije a Liam que iría pero, entiendan, la que estaría propensa a morir ahogada en la piscina sería yo.
—No me vengas con tus evasiones Jen, no has ido a una de mis fiestas desde el primer año, ¡No te puedes perder esta! —se quejó Gigi en un puchero.
—Sí, sí, ya lo sé, no me la perderé, te lo aseguro. —le respondí dedicándole mi mejor sonrisa y un pequeño giño a ver si con eso dejaba de insistir.
Tanto Doris como Gigi hicieron un chillido agudo de alegría y yo sólo traté de no reírme en sus caras.
Meneé la cabeza al ver que seguían hablando sin parar, a pesar del calor que hacía, y que en lo personal, me estaba cociendo viva.
Decidí ignorar ambas cosas y mirar a los chicos jugar. Sí, estábamos en las prácticas de fútbol, de nuevo. Y esta vez era porque había terminado mi examen y tenía que esperar a que Paul terminara su práctica para que me llevara a casa.
"Si hubieras aprobado el examen de conducir a la primera no nos estaríamos cocinando acá."
Reprochó estúpido cerebro.
"¿A quién llamas estúpido, estúpida.?"
Bien, sin dudas me había vuelto loca, será mejor que apague mi mente por un rato.
Miré el juego que estaba a punto de terminar ante mis ojos y lo único en lo que podía pensar era ¿Dónde estaba Liam? No estaba jugando ¿Dónde se habría metido?
—Tierra llamando a Jenna ¿Hola? —dijo Doris mientras tomaba mi brazo agitándome de un lado a otro.
—¡Ay! —Me quejé— ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Dónde está Gigi? —pregunté frunciendo el ceño al notar que estamos solas en las gradas.
Ella dobló los ojos.
—Se fue hace 5 minutos, en los cuales estuve hablando sola porque al parecer ni caso me hacías. —dijo cruzándose de brazos.
—Lo siento estaba... —traté de decir.
—Distraída, lo sé. —Doris soltó un bufido de cansancio haciendo que uno de los mechones de su rebelde melena cobriza se elevara— ¿Desde cuándo piensas tanto? ¿Acaso eres una alienígena que se ha comido a la antigua Jenna para reemplazarla? —Dijo con falso tono de temor.
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A través de tu mirada.©
Teen FictionEl amor y las citas están prohibidas en la vida de Jenna Varley. A sus 17 años, cerca de graduarse del instituto y con la lista de fracasos amorosos que tiene a su corta edad, decidió que este último año el romance no formará parte de sus planes. Si...