15. Un sueño

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JENNA

Me sumergía con cuidado y disfrute en el agua de la piscina, me sentía plena y relajada ahora que mi miedo había desaparecido. El lugar se encontraba solo, curioso, pues la fiesta seguía su curso. Muchos ya se encontraban dentro de la casa o en la pista de baile, otros simplemente se mantenían pegados a las pequeñas fogatas dispersas al rededor del enorme patio de Gigi.

Por mi parte, disfrutaba de la soledad que ahora reina en la piscina y sus alrededores. La música había disminuido lo suficiente para sentirse como un leve murmullo ambientando el lugar.

Me sumergí una vez más para mojar mi cabello, cuando de imprevisto una fuertes manos me alzaron fuera del agua. Posé mis brazos alrededor de su cuello para mantener el equilibrio y enredé mis piernas en su cadera mientas él me sostenía con firmeza de los muslos. Le sonreí sin despegar mis ojos de los suyos.

—¿Qué haces? ¿Acaso estás loco? —Pregunté ladeando la cabeza.

—Podría preguntarte lo mismo —Contesta un Liam coqueto y risueño—. Siento que enseñarte a nadar no fue buena idea.

—¿A qué viene eso? —Dije con una risilla nerviosa.

—Pues que ahora tengo que perseguirte para tenerte cerca. —contestó con una tranquilidad tan abrumadora, mientras sus manos acariciaba la parte exterior de mis muslos—. Sino es porque te tengo acorralada entre la orilla y mi pecho, te encontrarías al otro lado de la piscina, evitándome.

Me reí con ganas ante sus palabras. Nuestra cercanía cada vez más evidente y tentadora.

—No estoy evitándote —Dije con franqueza—. Si ese fuera el caso, no te la pondría tan fácil.

Liam me miró alzando una ceja de manera burlesca.

—Además de bonita y pervertida, ¿eres una enanita que se hace la difícil?

Volví a reír, esta vez haciendo que su agarre en mis muslos se sintiera más intenso, lo suficiente como para hacerme sonrojar.

—No me hago la difícil, lo soy. —Dije retadora. Él me miraba con un brillo de diversión y algo más—. Además ¿Para que me quieres cerca? Aquí me tienes y no veo que hagas algo.

—Si supieras las cosas que te quiero hacer... —Soltó el castaño dejando la frase a medias y haciendo que una extraña pero placentera tensión se empezara a notar en el ambiente.

—¿Qué clase de cosas? —Dije estrechándome aún más contra él. Sentí como una gota de agua bajaba lentamente por mi cuello para llegar y perderse en el valle de mis pechos. Liam siguió atento el recorrido de aquella gota, fascinado.

—Sólo... —Contestó cortando la frase para atrapar otra gota que cayó de mi mentón a mi clavícula. Liam la detuvo con sus dedos, su tacto causando una descarga eléctrica en todo mi ser—. Cosas —Terminó de decir mientras sus dedos jugueteaban con las tiras de mi traje de baño, rozando esa parte sensible al final de mi cuello. Podía sentir su respiración calidad y el fuego en aquella zona al tener sus ojos puestos en los mios mientras lo hacía—. Igual me confirmaría con una sola de ellas, solo si lo permites.

Tragué saliva con dificultad. —¿Y qué cosa sería? —Mi voz salió un poco más aguda y entrecortada de lo que me hubiera gustado.

—Fácil. —Dijo con su característica actitud relajada—. que me dejes besarte. —La chispa en sus ojos se convirtió en una llamarada rebosante de emociones y deseo. Los latidos de mi corazón se dispararon nuevamente y sentí como el calor subió a mis mejillas, estaba temblando bajo sus brazos.

A través de tu mirada.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora