JENNA
Después del día de ayer en la heladería y la visita a la tienda del abuelo Morgan me sentía un poco agobiada. Sentimientos muy sensibles se destaparon en mí y necesitaba tiempo para calmarme. Tiempo para recordar que ya todo estaba en el pasado. Tiempo para mí.
—¿Segura que no quieres que me quede contigo amiga? —dijo Doris apretando mi mano.
—Estaré bien, ve con Adrián, tienen una semana sin verse el pobre debe estar muriendo. —bromeé.
La verdad es que deseaba estar sola en este descanso. No porque la compañía de mi mejor amiga no me fuera suficiente, sino porque sabía que tenía cosas que hacer. Doris tenía su propia vida. Tareas, grupos extracurriculares y un novio que también necesitaba de su atención.
—Que se muera, luego veré la forma de revivirlo —contestó encogiéndose de hombros—. Me preocupas, no quiero que estés sola. —dijo haciendo un puchero.
—Doris no me voy a suicidar, cálmate. —dije poniendo los ojos en blanco—. Sólo necesito estar sola.
—Jen, eso lo sé, pero sobrepensar tanto las cosas no te hace bien.
—Estoy bien...
—Sabes que no tienes que fingir conmigo, amiga.
Me quedé debatiendo mentalmente en si debía decirle o guardar ese sentimiento para mí. Al final me decidí por confiar en ella:
—Tengo miedo, no quiero pasar por lo mismo de nuevo, siento cosas extrañas cuando estoy con Liam y no quiero que esto se convierta en un problema, no quiero ilusionarme con todo esto, no quiero alejar a las personas por no saber definir lo que siento, no de nuevo, no con él.
Doris me observó con una cara de desconfianza antes de dar un suspiro de derrota.
—Bien. Eso lo entiendo y te voy a ayudar con ello, pero antes, prométeme una cosa —La miré con el ceño fruncido, pero al final asentí—. Prométeme que al menos con él te dejarás llevar. Que a pesar de que lo pensarás muy bien eso no te va impedir disfrutar estar con un chico que te de la atención que mereces ¿De acuerdo?
—Pero. —traté de decir, pero me interrumpió.
—¿Lo dejarás fluir verdad, Jenna? —dijo en un tono algo amenazante.
—Sí. —dije derrotada.
—Sí qué.
—Sí, lo prometo Doris.
—Doris, quién.
—La mejor amiga del mundo. —respondí rodando mis ojos y Doris me dedicó una sonrisa de satisfacción.
Y con eso, se fue dejándome en la biblioteca del instituto para irse a disfrutar del descanso de la tarde.
Miré el lugar frente a mí y di una sonrisa nostálgica. Me acerqué a uno de los estantes junto a una hilera de mesas y me dejé caer en suelo de aquel lugar. Saqué de mi mochila mis audífonos y mi sándwich de jamón con mayonesa y reproduje la canción "Ruin" de Shawn Mendes. Sin darme cuenta, comencé a cantar.
"And I'm not tryina ruin your happiness
But darling don't you know that
I'm the only one for ya
And I'm not tryina ruin your happiness, baby
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A través de tu mirada.©
Teen FictionEl amor y las citas están prohibidas en la vida de Jenna Varley. A sus 17 años, cerca de graduarse del instituto y con la lista de fracasos amorosos que tiene a su corta edad, decidió que este último año el romance no formará parte de sus planes. Si...