"Mi chica de ojos oscuros que brillan como relucientes estrellas del cielo, Mi chica de ojos oscuros que rompe tu corazón de la forma más cruel, mi chica de ojos oscuros que me observa como su único tesoro, mi chica de ojos oscuros...La única que ti...
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Los constantes ruidos eran los causantes de mi falta de descanso, eso sumando el sol en mi rostro descartaron cualquier deseo de continuar en los brazos del Morfeo. Al abrir mis ojos un verde pastizal se hacía notar, el característico olor a tierra Mojada se sentía en el aire.
-Asi que estoy de regreso. - Dije para mi misma antes de tomar mis objetos y salir definitivamente del campus universitario. Los estudiantes que anteriormente pintaban no estaban mas.
¿Tanto tiempo estuve fuera?
El sol comenzaba a hacerse notar en la penumbra de la oscuridad nocturna. Definitivamente ahora sí me matarán. La hora en mi celular marcaba que faltaban quince minutos para las seis y por el amanecer presente deduje que no estuve durante toda la noche. Al llegar a la reja color dorado de la universidad esta se encontraba abierta, claramente había alumnos que se encontraban estudiando todavía. Salí y un ligero mareo me sacudió completamente. Suspiré ante el dolor que comenzaba a generarse en mi pecho.
-Demonios.-Susurré al notar que no se observaban tantos vehículos, esto sería un problema.
Mi hogar quedaba a unas cuantas calles, mi plan era llegar a casa en taxi, cambiar mi ropa y prepararme un café bastante cargado para soportar todo el día. Un olor a alcohol llegó a mi olfato. Al girar sobre mi eje no observé nada fuera de lo común pero aquel aroma seguía vagando por el aire. Al detenerme un segundo aclaré que aquella fatídica fragancia provenía de mi.
Entonces el fugaz recuerdo de los labios de Jim Morrison me envolvió y una estúpida sonrisa salió sin permiso de mi boca.
-Hello, I love you Won't you tell me your name? Hello, I love you Let me jump in your game. -Comencé a cantar al compás de mis pasos en el silencio.
Entonces una fuerte ráfaga de viento revolvió mi corta cabellera oscura y me provocó otra sonrisa. No podía evitar mi estado de ánimo. Estaba más que feliz por el reciente contacto con aquel estrafalario hombre y si mis deseos fueron acertados tal como ocurrió la vez anterior realmente tuve contacto con él. ¿Dónde estarían Ray, John y Robby? No tenía la menor idea pero observando la juventud impresa en el rostro de Jim podía apostar que apenas estaba por formarse el huracán llamado "The Doors". Entonces la sonrisa se borró y el frío ambiente se volvió mucho más notorio en mi palida piel.
"Pamela Courson"
Cómo fue que olvidé al verdadero amor de Jim Morrison. La imagen de esa preciosa pelirroja llegó a mi cabeza con tanta rapidez que necesité apoyarme de una pared de ladrillo a mi lado para evitar caer. ¿Puedo ser tan egoísta como para dejar pasar ese detalle y entregarme a los brazos de uno de los mejores cantantes en la historia de la música? La respuesta es si, porque acababa de suceder, Soy una horrible persona.
