"Mi chica de ojos oscuros que brillan como relucientes estrellas del cielo, Mi chica de ojos oscuros que rompe tu corazón de la forma más cruel, mi chica de ojos oscuros que me observa como su único tesoro, mi chica de ojos oscuros...La única que ti...
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-Este álbum será un gran éxito.- Dijo Paul quitando sus auriculares y volteando a vernos.
Según el reloj de la pared eran las ocho de la mañana y habíamos pasado toda la noche y parte del día en el estudio, ahora mismo estábamos todos en el sofá agotados, nos encontrábamos algo justos de espacio pero no pareció importarle a nadie.
-El mejor álbum del año, eso es seguro.- Dijo uno de los compañeros de Jac colocando un disco de vinilo en el tocadiscos.
Las canciones del grupo comenzaron a escucharse y todos lanzaron un grito de jubilo, Pamela me abrazó fuertemente y yo le correspondí.
- Esto será increíble, ya puedo sentir el dinero cayendo en mi bolsillo.- Dijo Paul bromeando.
-En los nuestros dirás.- Le continuó el pelinegro haciéndonos reír a todos.
-No puedo creer que finalmente terminamos.- Habló John.
- ¿Qué sigue ahora?.- Preguntó Pamela con evidente curiosidad.
-Emborracharnos, ¿Qué otra cosa haríamos?.- Le respondió Jim en un tono juguetón, siendo el primero en ponerse de pie - Ahora tenemos un disco, esto se tiene que celebrar.
-Entonces hagamos eso, pero ahora quiero descansar.- Le respondió Robby estirándose un poco.
Sentía pena por ellos, debían sentirse cansados por estar tanto tiempo detrás de sus instrumentos, yo me agote y solo estuve observándolos.
-Entonces descansemos y reunámonos más tarde.
. . .
Lo primero que hicimos Pam y yo al llegar a su casa fue tirarnos a su cama. Mis ojos fueron los primeros en cerrarse, y sentí mi cuerpo relajarse.
En sueños vislumbre escenarios ficticios bastante agradables, sitios que nunca antes hubiera imaginado y personas que no recordaba haber visto. Estuve apunto de correr detrás de una cuando sentí un peso en mi abdomen que me impedía moverme, baje la mirada encontrándome un especie de humo negro envolviéndome y por más que intentaba alejarlo este simplemente ejercía más presión.
Desperté cuando el oxígeno comenzaba a faltarme, y al girar no vi a la pelirroja, en su lugar estaba Jim con brazo sobre mi cuerpo y su cabeza recostada en mi abdomen, justo como si fuera yo una almohada.
Él levantó su cabeza cuando sintió mi repentino movimiento y su rostro demostró pena.
-Lo lamento, ¿te desperté?.- Preguntó con el ceño fruncido.