Zelda.
Abro discretamente mi boca desgustando un poco el ayuno que nos fue servido. Evalúo a Salma desde mi perspectiva, estaba con un semblante decaído y un rostro cabizbajo.
-Eres la primera persona que desayuna conmigo después de tanto tiempo -. Confieso tratando de dibujar una sonrisa. De alguna manera, quería calentar un poco el ambiente -. No soy de estar compartiendo mucho con las personas.
Salma alza su rostro, viéndome. Sonríe un poco.
-Debo sentirme afortunada. Pero, me siento como la escoria más horrenda que existe.
-Salma...
La pelinegra vuelve a romper en llanto, llevando ambas manos a su pálido rostro. Rápidamente me levanto posándome a su costado, pierdo los estribos y los protocolos a los cuáles siempre fue inculcada para mi beneficio. La abrazo fuertemente, llevando su rostro a mi pecho acariciando con delicadeza su cabellera azabache.
-No debiste hacer eso, ¡No debiste haberte acostado con ése tipo! -Exclamo enfadada -. ¿Qué ibas a ganar con eso? ¿Ibas a recuperar a Shad? ¿Te ibas a sentir bien contigo misma?
Salma alza su vista nublada a mí.
-Lo perdí... Ahora si lo perdí.
-Salma, no has perdido nada. Sigues aquí, Shad sigue aquí. Todos nos equivocamos alguna vez, todos tenemos una razón para seguir luchando con esos demonios que atacan internamente. El tuyo es Shad, ése joven inseguro que conociste, el que te ha enamorado en todos los aspectos que jamás te imaginaste, tú no te enamoraste de lo que dijera la sociedad o si realmente él es o era para ti. ¿Entiendes?
Sus ojos oscuros bajan nuevamente, mientras un asentamiento de cabeza aparece. Se aparta un poco y se limpia las lágrimas que descendieron por su rostro.
-Me siento sucia... Usada... Fue asqueroso haber estado con él. Pero yo misma me lo busqué, quería provocar los celos en Shad, en que supiera que me estaba perdiendo y que fuera a buscarme. Sólo lo que gané era que se emborrachara hasta perder la consciencia, sabiendo a donde habría parado. Soy una estúpida.
Las primeras palabras fueron un mal sabor de boca, me llegaron a recordar sobre aquél fatídico día que de alguna manera quería ocultarlo en lo más oscuro de mi mente. Si era posible, olvidarlo también lo quería.
Tomé un respiro y me senté al borde de la mesa, perdiendo mis modales por completo.
Me vale los modales justo ahora.
-Te lavas la cara, respiras, sales y vas a buscar a Shad, hablarás con él y arreglas por completo el asunto -. Digo determinante -. Quiero escuchar buenas noticias al finalizar el día.
-Está bien, es por mi bien. ¿No?
...
Link.
La noche siguió con fervor, el amanecer llegó y con ello los recuerdos de la noche anterior parecieron estar sepultados de alguna manera. Shad se colocaba sus anteojos mientras se veía por última vez en su reflejo, torció los labios y dejó que una mueca de desagrado lo invadiera extrañamente.
-Hablarás con Salma hoy. No dejes escapar la oportunidad -. Espeto firme, mientras finalizo con mi vestuario -. Tienes trabajo por hacer, y no es bueno hacerlo teniendo tanta negatividad encima. Créeme, hay una explicación para todo esto.
-Quiero creer eso Link, si no. No sabré que hacer... -. Exhala ferozmente.
Inflo mis mejillas y dejo salir todo el aire estancado. Me coloco a espaldas de Shad en el espejo, viendo mi propio reflejo y el de mi amigo. El pelirrojo me observa a través del espejo, parecía querer descifrar mi rostro inexpresivo justo en esos momentos.
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Recuerdos Del Crepúsculo
FanfictionVivir bajo las paredes del palacio mientras el crepúsculo asechaba mi reino, no fue tarea fácil. Esperaba pacientemente el regreso del héroe para después poner fin y encerrar a la maldad que nos vimos obligados a vivir. Pero los recuerdos trágicos y...