"-Sir Link -. Llama una voz a mi espalda.
Me veía en el espejo, dándome los toques finales en mi vestimenta. Veo sobre mi hombro al darme cuenta que no conozco la voz de la persona que me llama.
Me volteo viendo a una anciana de ojos cafés y cabello azabache viéndose afectado por la edad. Podía ver una pequeña preocupación invadiendo sus ojos y su semblante era mortificado.
-Discúlpeme por todo lo que diré. Sé que estoy poniendo en peligro mi trabajo, si usted me asegura mi puesto, podré decirle -. Dijo, dejando salir suspiros y jugaba con sus manos temblorosas.
Fruncí el cejo extrañado.
-No sé cuál es la gravedad del asunto. Haré todo lo que éste en mi alcance para evitarlo -. Digo sonriendo ligeramente -. No se preocupe.
-Ay, joven Link -. Dijo casi soltando el llanto -. Estoy preocupada por su majestad. Me pidió un té para poder dormir.
-¿Y qué tiene de malo eso? -. Pregunto, casi sin interés en continuar.
-El té es sumamente fuerte y peligroso. Podría hacer que se desmaye o enferme de gravedad. Vengo a usted porqué... Porqué... ¡Dicen que usted y la reina son pareja!
-¿Qué? ¿Hace cuánto se lo dio? -. Dije más preocupado por el estado de "su alteza", menos por el mediocre rumor que se corre en los pasillos. Por dentro me moriría que fuese real.
-En la madruga...
-¡Ya es de mañana!"
Me preocupé, lloré, peleé... Para que al final me terminara pagando de la misma forma que han hecho cada chica que ha pasado por mi vida. Pero, ella, ella es diferente. Sí, ella lo es.
Dejé salir un suspiro relajando mi cuerpo por completo. Posé un brazo sobre mis ojos intentando conciliar el sueño de una vez. No sabía cuánto tiempo habría estado dando vueltas en la cama, pensando, pensando en ella nada más. Es lo único que me nubla el pensamiento antes de dormir.
¿Cómo me dejé atrapar nuevamente por el amor? Yo mismo me negué tantas veces ante el amor que sentía por ella, no quería volver a pasar por la misma situación de dolor, desilusión y terminemos como dos desconocidos que jamás en sus vidas se toparon. En el fondo, no quería eso, quería tenerla conmigo.
-Vamos Link, duérmete -. Me dije a mi mismo, inflé las mejillas y exhalé todo el aire acumulado.
Estaba cansado, agotado de pensar en tanto. En mi futuro, en la soledad, en el amor... En ella. Diosas, ella. Quisiera borrar esa mirada triste de una vez por todas, que sus delgados labios me muestren una sincera sonrisa, que sus grisáceos ojos me muestren ése brillo que vi bajo la luna del Condado Olvidado... ¿Dónde está esa Zelda? Ésa que me sonreía tanto, que su luz, su alegría contagiaba. Ya no había rastros de ella, nada más que una máscara triste y enfadada de alguna manera con la vida.
Mi vista se empañó, la quijada me tembló y traté de oprimir las ganas de querer soltar las lágrimas. Dejé salir el primer quejido, respiré profundo y exhalaba lo más que podía, al cabo de unos segundos; ya estaba llorando nuevamente de una forma que no sabría explicar. ¿Por qué todo es difícil? ¿Qué hice yo para merecer tanto odio?
A veces, pienso que Ilia siempre fue mi mejor opción. Tuve que haberme quedado con ella y no estaría pasando por tantas estupideces, el dolor que siento, la rabia que me da por ser tan ingenuo, creyendo que tendría algo con "su alteza".
-Tan estúpido que le dijiste que te gustaba -. Me regañé -. Dijiste que no lo harías más, y aquí estás. Con un ridículo dolor en el pecho.
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Recuerdos Del Crepúsculo
FanfictionVivir bajo las paredes del palacio mientras el crepúsculo asechaba mi reino, no fue tarea fácil. Esperaba pacientemente el regreso del héroe para después poner fin y encerrar a la maldad que nos vimos obligados a vivir. Pero los recuerdos trágicos y...