Capítulo 15

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Ambas hermanas caminaban a la par dispuestas a llegar a la escuela, mientras la mayor se encontraba sumergida en la lectura del libro que traía en mano, la menor se encontraba bebiendo un pequeño jugó que tenía en ambas manos, la distancia era corta, estaban a unas cuadras de llegar a su destino, pero el llamado a su hermana proveniente de un grupo de chicas detuvieron a ambas.

La mayor negó ante la idea de dirigirse con ellas, no deseaba dejar sola a su hermana, así que tomó la mano de la menor e ingreso su libro en el interior de su mochila, para continuar su camino.

Hace tiempo que no me guías así — Bromeó para seguir a su hermana, sintiéndose culpable de no poder dejar a su hermana dirigirse con sus amigas.

¿Enserio? Recuerdo que siempre tenía que hacerlo para que no te perdieras —Continuó bromeando con su hermana para poder sonreír.

Kiy-chan tienes la sonrisa más hermosa de todos — Comentó mientras continuaba avanzando a la par de su hermana.

Tu sonrisa es mucho más hermosa, me gusta que siempre seas alegre — Asintió para poder quedar en un corto silencio.
Ambas volvían a su mundo, la menor tratando de concentrarse sobre que podría basarse para el nuevo logotipo de su proyecto y la mayor preocupándose por su hermana.

El ambiente no se podía describir del todo cómodo para ambas, especialmente para la mayor, si bien era de su conocimiento que en su escuela básica no lograba relacionarse ella siempre había comentado que con tenerla a su lado era suficiente. Hasta aquel día que ella sin saber era rechazada por la menor.

La pequeña había llorado sin consuelo alguno durante horas, las cuales se transformaron en días.
Mientras que ella no sabía que hacer o como reaccionar, jamás se habían ocultado un secreto, nunca creaban mentiras entre ellas.
Todo lo que habían construido se terminó de destruir mientras que la más joven de ambas cursaba su quinto año de primaria. Ambas alejadas y desconectadas.

Kiy-chan, ¿Me estás prestando atención? — Comentó mientras pasaba su mano por la vista de su hermana, tratando de captar la atención de su hermana.

Perdón, estaba pensando — Sonrió de manera tímida para parpadear avergonzada — ¿Podrías volver a repetirlo? .

Ya llegamos a la escuela — Sonrió para poder separar la unión de sus menos — Ya debes irte, podría hacerse más tarde.

La menor alejo su mano de la union que ambas habían formado, para empezar a alejarse de su hermana, caminaba de manera tranquila, jugando con sus pies hasta llegar a una distancia prudente, aun era incómodo caminar por aquel instituto, hasta ahora sólo sabía ir al baño y a la cafetería sin problema alguno, pero para lo demás solo seguía a ambos jóvenes que siempre solían acompañarla.

Solia prestar atención siempre cuando se encontraba en el edificio Escolar, pero aquel día estaba sumergida en sus pensamientos que sin darse cuenta se encontraba en los baños de mujeres, al ser temprano no había casi nadie en el lugar, comenzando su reír ante su despiste, sus dientes chocaron entre ellos ante el temblor de sus labios, para poder ingresar al cubículo más cercano y hecharse a llorar, tapaba su nariz y boca con ambas manos, logrando llorar en completo silencio, seguía recordando que mientras ella le comentaba animadamente sobre sus proyectos futuros cuando se graduara de programadora, había notado que su hermana realmente no le prestaba atención, parecía disgustada, probablemente pensaría que sería más agradable pasar el tiempo con amigas que tuvieran intereses comunes que con una joven que solo sabe hablar sobre dígitos.

Respiro profundo para poder salir por fin, escuchando como la puerta chocaba, produciendo un golpe seco, alarmada observo a la joven que había sido golpeada por accidente.

Motivos para sonreír (Kei Tsukishima y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora