Sentía como pequeños golpes impactaban contra su espalda, sin embargo no decía nada, la clase de su profesor principal se vio interrumpida ante una llamada del director, el cual anunciaba que su presencia era requerida, a lo que probablemente era una reunión. Se quedo en silencio mientras dejaba que un suspiro escapara entre sus labios.Los alumnos que una vez se percataron de la ausencia de su profesor, comenzaron a formar sus grupos sociales correspondientes para comenzar a disfrutar del resto de la clase, grupos emanaban charlas distintas, las pupilas de la joven avanzaban entre los diferentes alumnos que se ubicaban en su aula, no sabía si debía ir a tratar de socializar o si solo quedarse en su lugar a esperar que alguien se acercara con pena o curiosidad por su presencia o pasado.
—Creo que debes una disculpa, pequeña acosadora — La voz del joven detrás suyo resonó de nueva cuenta, el tono que había empleado no dejaba en claro si aquello era una broma de mal gusto o simplemente una exigencia sin sentido alguno.
De nueva cuenta dejo salir un suspiro, deseando que aquella disputa sin sentido alguno concluyera lo más pronto posible, girando su asiento para observar al contrario, sonriendo de manera inmediata mientras marcaba la diferencia de estatura entre ambos.
—Vaya, así no te ves tan alto — Comento de manera amigable, tratando de evitar reír ante el joven delante suyo, pero el chasquido de lengua del contrario borro hasta la mas mínima idea de ser ella la que tratara de arreglar la disputa.
Frunció su entrecejo mientras maldecía por lo bajo, nadie la obligaba a tener que llevarse bien con el contrario o simplemente tratar de arreglar algo que no tenía solución, parecían ser como el agua y el aceite, pero antes de poder maldecir en voz alta al rubio, una tercera presencia interrumpió las acciones de la joven, quedándose perdida en la amigable sonrisa que aquel joven de cabellera verde le otorgaba.
— Tú también eres parte del equipo de Voleibol, ¿Cierto? Recuerdo haberte visto — La presencia del rubio fue ignorada por completo concentrándose en el nuevo miembro de la charla, centrándose en la hermosa galaxia que habitaba las mejillas del contrario.
— ¿Me recuerdas? — Se señaló a si mismo, para poder sonreír de manera nerviosa, siendo algo nuevo para él ser el centro de atención de una charla.
— Por supuesto, eres inconfundible, ¿¡Puedo tomarte una foto!? — Rebusco entre su bolsillo del suéter, para poder sacar su celular con una sonrisa nerviosa ante la idea de ser rechazada.
— Su-supongo que no hay problema — Bajo la mirada avergonzado, con un rubor en sus mejillas ante la inesperada petición que la joven le había solicitado.
— Muchas gracias, será una reliquia familiar — Sin dudarlo ni un segundo la joven ya había capturado el rostro del contrario, asegurándose de que su respuesta no cambiara de parecer, sonriendo llena de alegría al observar el resultado.
— Yamaguchi Tadachi — Con tranquilidad extiende su mano hacia la joven que la acepta casi de inmediato, logrando cerrar así la presentación ante la joven delante suyo — Un placer conocerte.
— El placer es todo mío — Sin borrar la sonrisa en su rostro, mueve de manera suave el apretón entre ambas manos en señal de felicidad — Por cierto, ¿El gruñón de atrás tiene nombre? — Finge susurrar, para simplemente molestar al joven de lentes, el cual es señalado por la joven sin tener pizca alguna de discreción.
— ¿Tsukki? — Responde con aquella pregunta para asegurase de que ambos hablaran de la misma persona, pasando por alto el hecho de que la joven señalaba a su amigo de la infancia.
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Motivos para sonreír (Kei Tsukishima y tú)
FanficUna sombra nace cuando sale el sol,una sombra nace cuando no hay anheló por salir de ese lugar, la falta de confianza. Las palabras pueden marcar a la persona tan profundo que olvidan que tienen una luz propia, pero ese no es el final, existe aquel...