Capitulo 8

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El eco del balón golpeando la cancha por el impulso del golpe de las palmas de los jóvenes jugadores del Karasuno era lo único que se escuchaba en el gimnasio, mientras por otra parte una joven azabache se encontraba en cuclillas, traspasando las notas del cuaderno ajeno, la preocupación de ser golpeada por algún balón era casi nula, teniendo de su lado a su hermana, eso era casi improbable, suspiró dejando el lapicero sobre la hoja de su cuaderno de notas, para alzar la mirada al entrenamiento que se llevaba acabo delante suyo.

No negaría que todos eran increíblemente talentosos, pero su atención estaba fija sobre el pequeño de cabellos naranjas, no negaría que llegó a subestimarlo por su estatura, pero al verlo jugar era otra perspectiva, la alentaba a poder tratar de mejorar su condición física.

 ¿Me ayudas? — La voz de su hermana se hizo presente, interrumpido sus pensamientos.

Giro su cabeza para poder encontrarse con la joven sosteniendo botellas de agua, obviamente para los integrantes del equipo que pronto tomarían su descanso.

 Claro  Sonrió para poder cerrar ambos cuadernillos y dirigirse con su hermana a llenar las botellas.

Una vez el labor fue completado volvieron al gimnasio, le ayudaría a repartirlas, no entendía cómo había podido sobrellevar tanto trabajo por su cuenta, aunque claro cuando se trataba de la primogénita de los Shimizu todo era posible.

 Kiy-chan, ¿Las botellas tienen dueños o las doy como caigan? — Miro con detenimiento cada botella, con la intención de encontrar alguna marca que le ayudará a diferenciarlas entre los integrantes del equipo.

 No te preocupes, se lavan cada vez que se utilizan, así que puedes repartirlas sin preocupación — Le dedico una sonrisa amable a su hermana para poder abrir la puerta del gimnasio y dejarle el paso libre a la menor.

— Gracias — Le devolvió la sonrisa a su hermana, ingresando al lugar para poder acercarse al joven peli naranja con una sonrisa — Sho-kun lo hiciste de maravilla, estoy segura que lo harán genial en el Inter-High — Le entrego una botella de agua con la emoción que compartían ambos jóvenes.

— Con tus ánimos estoy seguro que así será — Le devolvió una gran sonrisa, aceptando el recipiente que traía consigo el liquido que su cuerpo le exigía.  

La intención de ambos jóvenes era la de continuar conversando pero la llamada del rubio a la azabache impidió la idea.

— Bueno Sho-kun, debo de continuar entregando botellas, ¡Sigue así! — Se despidió para poder entregar de paso la botella al joven que parecía odiar a todo el mundo y que tenía la cabellera del mismo tono que ella.

Se acercó de manera rápida al joven de anteojos que como de costumbre se encontraba con el joven pecoso, acercando las dos botellas de agua que mantenía en manos.

— ¿Pasa algo Tsukishima? — Preguntó ante el llamado anterior.

 ¿Tienes alguna duda hasta ahora? — Posteriormente empezó a beber agua de la botella anteriormente entregada.

 Nop, la verdad me sorprende lo organizados que están tus apuntes, si continúo así terminaré antes — Comentó orgullosa de su labor hasta el momento.

 Solo llevas una materia y ya estás celebrando, estar mucho tiempo con Hinata te hace mal — Rodó los ojos, obteniendo un puchero por parte de la joven.

 Yam-chan enséñale a Tsukishima como tratar con las personas — Le dio palmadas al mencionado mientras asentía con la cabeza de manera leve.

Motivos para sonreír (Kei Tsukishima y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora