𝔸ñ𝕠𝕤 𝕒𝕥𝕣𝕒𝕤....
Nunca tuvo que preocuparse por tener que formar amistades, el tener a su hermana a su lado era suficiente, ella la protegía y cuidaba como si fuera lo más preciado, la hora del almuerzo era divertida y cálida, el observar a su hermana comiendo con tanta alegría y felicidad era su comodín, era la fuerza que necesitaba para poder soportar lo que quedaba de la jornada escolar y recargar sus energías por el tiempo que había tenido que soportar en su aula, nada más ella y su hermana, ellas juntas contra el mundo.
Pero aquel joven de risos y hermosos hoyuelos había ingresado recién al instituto, cuando cursaba su tercer grado de escuela básica, su risa, aquella tan encantadora y dulce, la segunda melodía más hermosa que había escuchado, el verlo sonreír lleno de emoción y amabilidad y sin olvidar aquellos hoyuelos que se asomaban por sus mejillas cuando hablaba o por el más mínimo movimiento de sus labios, se volvió su cosa favorita en el mundo, su nuevo comodín que provocaba que sus jornadas escolares fueran menos agotadoras.
Parecía una historia, ¿Podría vivir un romance como el de sus abuelos o sus padres?, Su imaginación creaba múltiples escenarios de ellos como protagonistas, hasta que su anhelado sueño se cumplió, aquel joven tan amable y alegre se acercó, mostrando total amabilidad, provocando que el corazón de la joven iniciara a latir con fuerza, después de todo su príncipe le había hablado.Una plática que inicio de manera casual desencadenó que ambos iniciarán a acercarse de manera lenta, pero agradable para ambos, las intensas ganas de contarle a su hermana sobre el joven que había sido el causante de robarle su corazón, coronandose como su primer amor, eran inmensas, deseaba tener una larga charla con ella, que le contará sus romances también, que le compartiera consejos, que le ayudará a escoger que ponerse o como peinarse para verse mejor.
Todo parecía tan agradable con solo imaginarse tantos momentos que podría pasar con su hermana, pero la vergüenza y timidez eran mayores y provocaban que se quedará para ella misma cada una de sus emociones.Y ahora se encontraba en la casa de su abuela, jugando con las cosas que encontraba en el ático con una sonrisa, hasta que aquel baúl fue abierto, dejando expuesta la antigua cámara que compartía su abuela materna con su difunto abuelo, una sonrisa se apoderó de abuela y nieta, dirigiéndose a la sala para poder mostrarle cada una de las fotografías que había en su interior, sonriendo ante la idea de poder algún día tener las misma fotografías al lado del joven de hoyuelos.
— Las fotografías son el mejor inventó que puede existir, congelan los mejores momentos para siempre — Comento la adulta de la tercera edad mientras pasaba las fotografías con una sonrisa.
— ¡Cuando sea grande seré fotógrafa y tomaré muchas fotos de Abi! — Comento llena de emoción mientras reía a la par de su abuela.
— Debes de llenar tus memorias de las personas que sean más importantes para ti — Afirmó mientras acariciaba el cabello de la joven, con tanta delicadeza, temiendo romperla más de lo que ya estaba.
— Tú eres la persona más importante para mí — Contestó mientras se acurrucaba en el cuerpo de su abuela, sonriendo de al menos tenerla a ella.
— Me siento tan afortunada, le ganó a papá y a Kiy-chan — Miro el reloj en la pared al percatarse que de nueva cuenta la madre de su adorada nieta iba atrasada para recogerla.
— También Kiy-chan y papá son importantes, pero tú más — Sonrió mientras cerraba sus ojos con delicadeza, cayendo ante el sueño.
No era una novedad tener que pasar algunas noches en casa de su abuela, después de todo el producto de un acto de egoísmo y lujuria nunca sería recibido en otro lugar.
Aquella pequeña que descansaba de manera tan relajada, aquella que fue el motivo del casi divorcio entre sus padres, se había vuelto en poco tiempo la princesa del marido de su hija y un poco después la suya.
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Motivos para sonreír (Kei Tsukishima y tú)
FanficUna sombra nace cuando sale el sol,una sombra nace cuando no hay anheló por salir de ese lugar, la falta de confianza. Las palabras pueden marcar a la persona tan profundo que olvidan que tienen una luz propia, pero ese no es el final, existe aquel...