Amables enfermeras que solicitaban el turno del siguiente paciente para tomar su radiografía, observo con detalle cada herramienta del lugar, quedándose en silencio mientras cerraba los ojos, sentada en la silla de ruedas, mientras que la enfermera que la transportaba conversaba alegremente con su compañera de trabajó.
Las conversaciones eran inaudibles para ella en esos momentos, recuerdos de su infancia dentro de aquella habitación, los llantos de su madre y los gritos de aquella silueta negra, abrió los ojos de manera inmediata cuando se le informo que sería su turno, ingresando con cuidado a la habitación, quedando sola, de pie en aquella máquina, siguiendo las indicaciones de manera exacta, mientras luchaba por olvidar, piezas que por años había tratado de unir se volvían a desarmar, retuvo el aire como se le fue indicado hasta que se le permitió volver a tomar bocanadas de oxígeno.
Su madre hubiera hecho más amena esa habitación, su vista se nubló y sus labios crearon una curvatura casi invisible, su madre, con apenas una hora de sueño y bocado alguno estaba con ella en todo momento solo para no quedar a merced de ese monstruo, apunto de ser devuelta a su transporte todo perdió forma y cayó de nueva cuenta ante la visión de aquella silueta que jamás olvidaría, un golpe en seco, pero su conciencia volvió casi al instante, tomando con cuidado su cabeza ante el dolor del golpe, sonriendo con tranquilidad tratando de disminuir la preocupación de las enfermeras, siendo ayudada a tomar asiento y comentar con una sonrisa apenada que se había quedado dormida.Su padre había desaparecido, los tonos que la rodeaban se apagaban, bajo la vista hacia su regazo, el movimiento cesó, pensando en que, de nueva cuenta, la enfermera había entablado conversación con alguna compañera, hasta que en su mano fue depositado aquel oso de felpa, alzando la vista confundida, encontrándose con el rostro del joven rubio.
— Te llevaré a un pequeño tour — Se colocó atrás de la joven para tomar control de la silla — Conozco un lugar que podría animarte — Comenzó a caminar de manera tranquila.
— ¿No iremos a mi habitación? — Estaba cansada y el dolor de su caída no había desaparecido.
— Iremos luego del tour — Respondió de manera relajada.
— Preferiría ir a mi cama — Observó el pequeño obsequio para poder cerrar sus ojos.
El mas alto guardo silencio, dirigiéndose hacia la habitación de la joven, ante lo débil de su voz, no lograba encontrar algún tema del cual poder conversar, después de todo siempre se limitaba a escuchar a la joven, no deseaba fastidiarla o irritarla de más. Jamás había sufrido aquella tensión por entablar una charla con alguien más, pero la chica frente a él provocaba nuevas sensaciones en él.
Por su parte la joven trataba de borrar aquellas escenas, con su madre presente todo sería más fácil, hay una razón para cada acción, desde pequeña los conoció, tanto su padre como su abuela solo conocían la mitad de la historia, antes no lograba comprenderlo, ahora estaba relacionando con cuidado los hechos.
— ¿Cómo fue tu radiografía? — La primera pregunta que atravesó su mente fue realizada en voz alta.
— Me quede dormida y me he caído — Trató de reír, sin embargo no logró hacerlo.
— ¿Te has lastimado? — La preocupación sonó en su voz, no era fácil ignorarla.
— Nada grave, solo un pequeño golpe — Trató de minimizar la situación, abrazando con delicadeza el peluche — En cuanto a la herida, en tres semanas podre dejar el yeso.
— Sabes que me gusta escucharte, ¿Verdad? — Bajó la vista hacia la cabellera obscura de la joven.
— ¿Qué tiene que ver eso? — La repentina pregunta logró callar su mente, dejándola en blanco.
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Motivos para sonreír (Kei Tsukishima y tú)
FanficUna sombra nace cuando sale el sol,una sombra nace cuando no hay anheló por salir de ese lugar, la falta de confianza. Las palabras pueden marcar a la persona tan profundo que olvidan que tienen una luz propia, pero ese no es el final, existe aquel...