Capítulo 1

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6 de enero de 2016

Estar en el laboratorio de mi madre era algo increíble, algo que me demostraba que había dejado de verme como a una niña torpe y descuidada, y que me halagaba enormemente.

-¿Qué es esto mamá?-Le pregunté señalando un bote transparente lleno de una extraña substancia violeta.

-Es violeta de genciana, capaz de destruir células, sirve como desinfectante y es un ingrediente del colorante de Gram.-dijo esto último señalando otro bote.

-¿Y qué hace el colorante de Cram?

-Gram, colorante de Gram.-Me corrigió.-Se utiliza en bacteriología para la visualización de bacterias.

-Claro...-murmuré, fijando mi atención en todas las substancias químicas que me rodeaban, preguntándome cómo podían guardar líquidos tan importantes en botes que parecían bastante frágiles.

Y uno de esos líquidos me llamó la atención, estaba guardado en un pequeña botellita con una etiqueta en la que estaba escrita una palabra que parecía imposible de pronunciar.

-Eso es cloroformo.-Aclaró mi madre.-duerme a las personas.-dijo encogiéndose de hombros, como si fuese poca cosa.

Me quedé mirando aquella substancia que había robado todo mi interés, sobre todo al conocer su uso.

-Antes se utilizaba para eso, ya sabes, como anestésico, pero es peligroso para la salud y etcétera. Ahora se utiliza para cosas más aburridas que no tienen nada que ver con dejar K.O a las personas.-Dijo encogiéndose de hombros una vez más.

-Que dejes de hablar como si tuvieses 14 mamá.-le repetí lo que le decía siempre.- ¿Y si la manzana que la madrastra le dio a Blanca Nieves estaba infectada de cloroformo? Sería una buena razón, entonces el beso del príncipe no tuvo nada que ver, pero creyeron que fue por eso porque en esa época no tenían la ciencia que tenemos ahora, así que su explicación para eso fue la magia, tal vez la madrastra malvada en realidad venía del futuro y-

-Helena, ¿Te he dicho alguna vez lo inteligente que eres?-Me sonrió.

Y yo le sonreí de vuelta.

-Presente-

14 de septiembre de 2031

-¡Cloroformo!-Exclamo despertándome repentinamente, tumbada en una camilla, todo a mi alrededor es blanco, y me doy cuenta de que estoy en una enfermería.

Todos los enfermeros a mi alrededor se giran repentinamente al escucharme hablar.

-¿Qué has dicho?-Pregunta una enfermera a la que reconozco como Sarah, acercándose rápidamente a mi camilla.

-He dicho... cloroformo.-Soy testigo de cómo la confusión se expande por su rostro.-Creo que es lo que has utilizado para dormirme, a menos que hayas utilizado otro tipo de anestésico, como el éter por ejemplo, que es menos dañino, creo... creo que me lo enseñó mi madre, no lo sé, no es como si lo recordase, no soy capaz de recordar nada.

Todos los enfermeros se quedan paralizados, incluida Sarah, y de repente empiezan a chillar.

Literalmente, como si hubiesen visto a un fantasma delante suya.

-¡Esto es un SOS, avisad al jefe!-Grita uno.

-¡No! ¡Nos matará junto con ella si se lo contamos!-Responde otro.

Y tengo la fuerte sensación de que con "ella" se refiere a mí.

¿Quién es ese jefe?

-¡SILENCIO!-Exclama Sarah.-Yo hablaré personalmente con el jefe en nombre de todos, no matará a nadie, además, ha dejado muy claro que no recuerda nada.-Dice mirándome de reojo, mientras yo les observo sentada en la camilla.-Será algún que otro recuerdo que se les escapó a ellos, nosotros no tenemos nada que ver ¿Entendido?

HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora