Los pensamientos se atropellan en mi mente, unos tras otros, pero sin ninguno que me aliente, todos recordándome que no soy nadie, que estoy siendo utilizada, que no tengo lugar al que volver, que esta pesadilla es cada vez más real, y que los propios monstruos se ponen máscaras de bestias para infligir aún más terror.
Me pregunto cómo me debo ver ahora mismo. Sigo sentada, pero ahora cabizbaja, observando al suelo, con los ojos bien abiertos intentando frenar esta repentina crisis existencial que no me puede llevar a ningún otro lado que a perder todas las esperanzas.
Qué rápido he cambiado ¿no? Hace unos minutos pensaba frenéticamente en el momento en el que hiciese caer la sede, hace unos minutos me sentía invencible, y ahí está el fallo.
Nunca puedes darte el lujo de sentirte invencible cuando luchas contra algo a lo que no conoces, pero que te conoce perfectamente.
Ahora, consciente de la realidad, me siento fatigada, como si hubiese sido golpeada por la verdad.
-Tranquila, estás pasando por un estado por el que todos pasamos al llegar.-dice la chica.-comienza con el desconcierto; continúa con la elevación, sintiendo que eres capaz de todo. De huir, en concreto. Seguida de un repentino y brusco descenso, y por último, el "conozco mi sitio", la gente se levanta, pero no para rebelarse, sino para dejarse ser utilizada hasta la muerte, y eso representa, querida, a la mayoría de la gente.
Sigo cabizbaja, casi sin escuchar lo que me dice, sin importarme en absoluto.
-Pero has tenido suerte, nosotros no hemos llegado a la última fase, pero tampoco nos hemos quedado en la penúltima. Hemos pasado del descenso a la furia, la excitación, la venganza, el odio... No somos sus títeres, sino sus enemigos.-Levanto un poco la cabeza y la observo.-Y ellos lo saben, lo saben todo, pero no les importa, porque no somos los únicos. Te puedes hacer una idea de la cantidad de rebeliones que han habido ya aquí... Pero claro, ninguna con éxito.
Se acerca a mí, poniendo las dos manos en los posabrazos de la silla y acercando su rostro al mío.
-Enfrentarte a ellos significa en un 99.9% morir-
-Y no hacerlo significa en un 100% morir, creo que prefiero la primera opción.-La interrumpo sosteniendole la mirada, ella sonríe mientras se aparta de mí.
-Creo que no es necesario más interrogatorio.-Le dice a Rick, quien ahora está apoyado en la pared junto a Leo.
-No había terminado...-Le responde en tono enfadado.
-Siento haber estorbado tus planes otra vez, no te enfades grandullón. Tú, mi nombre es Kim Min-Hee, todos me llaman Kim.
-¿Ese no es el apellido?
-Por fin una lista.-Dice girándose para encarar a sus compañeros.-Qué más da, ya me he acostumbrado.
-Sigo necesitando que respondas a mi pregunta ¿Qué sucedió entre la explosión y cuando te despertaste aquí?-Pregunta Rick.
-No lo recuerdo, hay un espacio entre esos dos momentos y si intento pensar en él solo veo negro.
Leo y Rick comparten una mirada cómplice, y Kim suspira, esperando haber recibido una respuesta mejor.
-Bueno, Helena, bienvenida a nuestro... grupo de conspiración contra la sede, supongo.-Dice Kim.
-¿Cómo sé que me puedo fiar de vosotros, que no formáis parte de todo esto?
Kim alza la cabeza y suelta un suspiro muy largo, como si fuese una niña a la que le han mandado a hacer la tarea que menos le gusta.
-No has entendido nada, por lo que veo. ¿Crees que nosotros somos amigos?-Suelta una pequeña risa sarcástica.-Escucha, esto no es un juego... Si llegamos a descubrir que alguno aquí nos traiciona, lo matamos, fácil, sin escrúpulos ni remordimientos. Porque aquí nadie es amigo de nadie, y nadie confía en nadie ¿Entiendes? Lo que nos mantiene unidos es la lealtad, un pacto no escrito, no nos podemos hacer daño entre nosotros a menos que sea por traición, todo lo que descubramos lo compartimos entre todos, si hacen daño a uno lo defendemos todos, pero al mismo tiempo, no nos fiamos ni un pelo los unos de los otros. Ya nos hubiésemos matado entre nosotros si no fuese porque seguimos la misma meta. Si no te quieres unir yo no tengo ningún problema.-Lanza mi cuaderno al suelo, el cual acaba delante de mis pies.-Pero según lo que he leído, tú y yo tenemos el mismo objetivo.
Nos observamos fijamente, es la primera vez desde que llegué que tengo las ideas tan claras, la primera vez que sé bien lo que he de hacer.
Kim sonríe.
-Lo veo en tus ojos, chica. Ya has pasado del descenso a la furia, ahora nada podrá pararte.
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Helena
Mystery / Thriller"Miré a mi alrededor, y entonces lo vi todo, como si de un recuerdo se tratase... La víctima, la asesina, la escena del crimen, el juez, el abogado, a los dos chicos, a una chica con las manos cubiertas de sangre, un arma, y a la policía... Pero esa...