Capítulo 4

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"Querida yo, ya ha llegado la noche, o eso señala el pequeño reloj de contornos azules colgado en la pared, típico de Christie. Aquí dentro no hay ventanas, no hay contacto con el mundo exterior, solo llevo un día metida en esta especie de prisión y me han sucedido más cosas de las que me gustaría, todo ha pasado demasiado rápido. Ayer, no recordaba nada, el recuerdo más antiguo que guardo es aquel en el que estoy sentada en el coche policía, con Roger y Bryan, ayer conocí a Christie, ayer comenzó este infierno. Esta mañana, me desperté en una habitación a oscuras, Sarah, la enfermera, me durmió, estuve inconsciente el tiempo suficiente como para llevarme a la enfermería y hacerme un par de pruebas rápidas, según me ha explicado mi abogada. En ese tiempo en el que perdí la consciencia, tuve un sueño, o una visión del pasado, no sé exactamente qué fue eso, pero posiblemente fuese un recuerdo, era el 6 de enero de 2006, al parecer estaba en el laboratorio de mi madre, con ella, no recuerdo su rostro ¿Llegué a verlo, acaso? Me enseñó lo que era el cloroformo, al despertarme, descubrí que eso fue lo que me durmió. Supondré que sí que fue un recuerdo, teniendo en cuenta las reacciones alarmadas de los enfermeros, entonces ese otro sueño también... Bueno, eso ahora no importa. Unos guardias me llevaron con Christie, entonces conocí su verdadera forma de ser, intenté hablar con ella, sobre mi pasado, sobre mis recuerdos, pero no hubo manera, aún así, estoy decidida a descubrirlo. Entonces, la parte más interesante del día, pude conocer a las demás víctimas de la sede, son muchas, muchísimas, solo mantuve contacto con Roger, Bryan y Leo. Con Leo sucedió algo muy extraño... Fuimos a coger mi número de recluta, me tocó el 300, hay algo raro en ese número, lo vi en su mirada, y tiene algo relacionado con mi abogada, eso también lo descubriré.

Ahora, la conferencia, filas de tres por el pasillo nueve, ese era el protocolo para llegar al gran salón en el cual se realizaría. Vi a Layla, la abogada del jefe, la persona más cercana a él. Lo más interesante fue, sin duda, el video, hablaba sobre la fundación de la sede, dos norteamericanos, una disputa entre los dos, bandos separados, organización para conseguir la paz... La Exterminación. Sigo sin estar segura de qué es eso, pero lo descubriré, sí, eso también.

Y, llegó el momento... Lo más escalofriante del día... La parte en la que vi al jefe. Layla y Christie discutían, Layla mencionó que eran hermanas, y dijo no-sé-qué de una llave, no dejaban de llamarme Hannah, mi nombre no es Hannah, es Helena ¿Verdad? Ahora recuerdo cuando Christie me decía algo así como "¿Cómo es que sabes cómo te llamas, si no deberías de recordar ni tu propio nombre?" Tal vez ni siquiera me llamo Helena, quién sabe... Ah, sí, el jefe, él debe saber quién soy, cuál es mi pasado, mi vida de verdad. Siguiendo con el sueño, se referían a mí (o a Hannah) como "la llave"... o algo así ¿Tiene algún sentido?

Entonces apareció el jefe, Layla sucumbió ante su presencia, Christie en un principio no, pero al final lo hizo. Se acercó a mí mientras susurraba mi nombre, le miré fijamente a los ojos azules, fue terrorífico.

Al despertar, Christie me reveló que me había desmayado, de eso no hace mucho, le pregunté si tenía hermanos, me dijo que no. Según mi sueño, Layla lo es ¿Debería fiarme de mis sueños, o de mi abogada?, también me dijo que nunca había mirado al jefe a los ojos, en el sueño lo hizo, muy fijamente, durante un buen tiempo, y no parecía tenerle miedo.

Ahora, ya he acumulado unos cuantos misterios que resolver si quiero descubrir quién soy, qué hago aquí, qué es este sitio, y quiénes son estas personas.

Y qué son esos sueños exactamente."

Una alarma ruidosa suena en toda la habitación, aunque creo que ha sido repercutida en toda la sede.

-La cena.-Señala Christie.-Será tu primera comida en la sede, no tengas miedo.

-¿Por qué tendría que tenerlo?-Pregunto, ella sonríe.

-En este sitio todo tendría que darte miedo, Helena.

Cierro mi cuaderno, el cual Christie me ha regalado para que no me aburra y vaya apuntando lo que me sucede cada día... A ser sincera, escribirlo todo ha sido una especie de liberación. Lo guardo en un cajón y salgo de la habitación junto a mi abogada.

Es hora de cenar.  

HelenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora