•Dedicatoria: ArchangelBaroque • Fandom: Sistema de Autosalvación Del Villano Escoria (SAVE) •Advertencias: Ninguna. •Etiquetas: Hada Luo Binghe, Duende Shěn Yuàn, Universo de fantasía, Magia. Bonus: Hermanos Shěn. •Palabras: 2,609 •Sinopsis: Dicen que el rey de las hadas ha sido encantado, después de desaparecer tres años en el bosque, Luo Binghe parece extrañar a alguien especial.
O, pequeño AU con Fairy Binghe y Honguito Shen Yuan + un pequeño malentendido.
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Luo Binghe siempre había sido una criatura que otros podrían considerar como pequeña, débil y falto de talento.
A la edad en la que debía ya comenzar a dominar el vuelo, sus alas eran demasiado frágiles. Su magia apenas llegaba avivar una deprimida hoja, pero no hacía crecer ni una sola flor. Y por ello, pensaba que nunca llegaría a ser suficiente.
Desde el suelo, veía como las otras hadas revoloteaban por las flores hasta la copa de los árboles, mientras él solo podía refugiarse de la lluvia bajo las raíces del gran sauce.
Luo Binghe se sentía solo, las otras hadas a veces solo bajaban a burlarse de él, llenándolo de polen que hacía picar su nariz o dejando caer los frutos para que mancharan su ropa.
Fue una de esas veces, en las que fue teñido del pegajoso rojo de una ciruela, que decidió caminar hacia el río para limpiarse, sin embargo, su espeso y esponjoso cabello estaba hecho un desastre, pegándose a toda su cara. Luo Binghe estaba tan concentrado en arreglarlo, que no se percató que había ido por otro camino.
El bosque encantado era peligroso, las pequeñas hadas generalmente no salían de los claros donde abundaban las flores y árboles frutales, mucho menos un hada que no podía volar.
Luo Binghe se dio cuenta de su error demasiado tarde. El espeso césped bloqueaba su vista más allá de la copa de los árboles. Al alzar su mirada solo pudo ver frondosas ramas que no dejaban paso al más tenue rayo de sol. Estaba muy oscuro.
Luo Binghe repentinamente se dio cuenta que esa parte del bosque se sentía demasiado húmeda, sus pequeñas alas revoloteaban casi por instinto, mientras se alzaba de puntillas. No obstante, sólo pudo dejar el suelo un segundo antes de que sus alas se cansaran y sus pies se clavaron en la tierra.
Escuchó un ruido detrás de él. Sus ojos se cristalizaron.
Había escuchado sobre historias de ogros que gustaban de comer pequeñas hadas, ¿qué sería de él, que no podía siquiera huir?
Luo Binghe había vivido siempre solo, en realidad no había nadie que le hubiera enseñado a usar sus poderes, por tanto, tampoco había quien se lamentara si no regresaba vivo o en una pieza. Ese pensamiento, hizo que finalmente se encogiera sobre sí mismo, y cerrara los ojos, aceptando su destino.
