Fandom: Tian Guan Ci Fu (Novela) •Advertencias: Spoilers (Libro 5) •Etiquetas: POV Hua Cheng, Canon Divergence, Viaje en el tiempo. •Palabras: 1, 274 •Sinopsis: Hua Cheng ha experimentado el filo entre la vida y la muerte muchas veces antes, por eso, aún cuando estaba por desvanecerse entre los brazos de Dianxia, le prometió que volvería a su lado. No se imagino que despertaría una vez más en los brazos de su dios, su dios aún no ascendido.
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No es la primera vez que Hua Cheng se desvanece, ni la primera vez que desafía al destino o a la muerte.
En aquellos ochocientos años en realidad comprendió lo banales que eran todos aquellos conceptos, ¿se olvida con el tiempo? ¿La muerte es el final? ¿Tu destino está escrito al nacer? La diferencia entre humanos, dioses y fantasmas traspasaba cada una de estas y él había caminado al borde del mismo abismo que eligió finalmente volver a saltar.
La primera vez que se desvaneció fue en el campo de batalla en nombre de la persona que ama, la segunda en medio del canto de mil almas condenadas para salvar a la persona que ama y la tercera… la tercera fue en los brazos de esta misma persona.
Hua Cheng no había sentido frío en esos ochocientos años, cuando se iba, no había luz u oscuridad, no había nada más que un inminente vacío. Pero esta vez, la imagen de las cristalinas lágrimas de Xie Lian se quedó grabada en sus pestañas.
Esta persona por la que luchó contra todo lo que el camino le pusiera, para poder verle nuevamente feliz, ahora estaba llorando por él, sin embargo, Hua Cheng no se sentía disgustado o triste, en cambio, nunca se había sentido tan cálido y querido como en este momento, entre aquellos brazos que se aferraba aún mientras se transformaba en una figura intangible.
—Dijiste que nunca me dejarías —, susurra desesperado Xie Lian, enterrando sus dedos entre el rojo que lentamente se desvanecía.
—No hay banquete que en este mundo no llegue a su fin.
Xie Lian se aferró a su pecho, como si su corazón estuviera por desvanecerse junto con Hua Cheng. Xie Lian lo ama, pero Hua Cheng no estaría más para recibir el amor que tanto había anhelado, que tan dispuesto estaba su dios para darle. Quería reír o llorar, pero no podía, no cuando Dianxia parecía desmoronarse más rápido que sí mismo, cuando en este momento debería estar feliz de estar libre de sus restricciones, libre de aquella criatura que lo había acosado por tanto y contamina el blanco del que había sido hecho.
El collar plateado en el cuello de Xie Lian brilla suavemente y el hilo rojo marca con furia un camino entre sus dedos y piel blanca. Aunque la muerte, el destino o el tiempo quisiera separarlos, finalmente era lo que los unía.
