Fandom: Sistema de Autosalvación Del Villano Escoria (SAVE) •Advertencias: Spoilers Capitulo 34 de la Novela. •Etiquetas: POV Xin Mo, manipulación, Canon Complaint. •Palabras: 1,651 •Sinopsis: Xin Mo fue empuñada por varios espadachines antes de ser sellada en el abismo, no fue hasta que aquel híbrido de mirada determinada llegó, que se sintió viva de nuevo. O
Punto de vista de Xin Mo corrompiendo a Luo Binghe en su primer encuentro tras el abismo. (O algo así)
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Xin Mo no siempre fue una espada que traía desgracia a quien la portaba.
En realidad, hubo una época hace más de mil lunas, en las que fue considerada un arma celestial, y por tanto, fue forjada con otro nombre. Un nombre que hacía alusión a su puro esplendor e increíble presencia. Se decía que podía cortar una hoja que bailaba finamente sobre su filo sin un solo movimiento, y que la gracia que desprendía era envidiable hasta por los cielos.
Sin embargo, los siglos que ha pasado sellada y encadenada en lo profundo de la miseria han logrado borrar los detalles al igual que el fino grabado de su hoja.
Xin Mo no recuerda realmente cuál es su nombre, no recuerda que maestro la forjó ni con qué propósito. En todos esos siglos, lo único que lograba vislumbrar en el pasado era la sangre, traición y abandono.
Abandono. Tanta Soledad.
El resentimiento es lo único que la ha mantenido viva, el resentimiento es la única energía que acariciaba el metal ardiente y la mantenía con gran vitalidad.
El alma del espadachín estaba fuertemente ligada al alma de la espada, y una vez forjada, era la espada quien elegía al espadachín. Un espadachín no era un espadachín sin la espada, pero la espada seguía siendo lo que era sin él. Por lo que un espadachín que es digno, hace de la espada parte de su cuerpo y conecta su alma a la suya. Xin Mo aprendió esto de su primer poseedor, y una vez que el odio de esa persona logró corromper su núcleo, naturalmente también lo hizo con la espada.
Una vez que su maestro fue asediado, traicionado y abandonado, Xin Mo pasó por las manos de muchos otros espadachines. Pero estas personas jamás pudieron conectarse con la espada, nadie lo merecía, y la espada terminaba por invadirlos hasta no dejar un solo remanente de cordura. Buscando un alma tan digna como la de su primer maestro, buscándolo a él.
Nadie era él.
Nadie tenía su mismo poder, nadie tenía esa incontrolable ira y codicia, nunca pudieron ser dignos. Los espadachines sólo codiciaban poder, estatus, dinero o lujuria. Cosas tan mundanas e ínfimas que cualquiera podía conseguir. Cualquiera podía tener el poder, cualquiera podía poseer lo mundano.
Xin Mo fue sellada en el abismo después de un derramamiento de sangre del que no recuerda su origen, la habían nombrado una espada demoníaca y confinada en los fines de la tierra donde ningún humano o demonio podía llegar con facilidad.
