•Fandom: Tian Guan Ci Fu (Novela) •Advertencias: Spoilers, Saga: Black Water (Libro 3) •Etiquetas: POV Hua Cheng, Canon Complaint, Fluff. •Palabras: 1, 785. •Sinopsis: Hua Cheng lo atribuyó al cansancio, pero soñar con Dianxia era una cosa, despertar y encontrarse con sus labios era otra.
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Punto de vista de Hua Cheng de una escena del capítulo 119 y 120, arco de Agua Negra.
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Habían sido largas horas de violento arrastre por el oscuro mar, aunque las bestias marinas no se atreverían a atacar, mantener a Xie Lian en la superficie para que el agua no entre a su sistema, era un poco complicado. Sin embargo, mientras él estuviera ahí, Dianxia no se ahogaría ni sufriría ningún rasguño. Si Xie Lian salía con un pequeño raspón o moretón de esto, por más insignificante que fuera, Agua Negra se vería en una situación para nada insignificante.
Una vez que llegaron a la orilla, Hua Cheng depósito a Dianxia sobre la arena suavemente, revisó con la mirada que estuviera perfectamente bien. Sólo pudo suspirar después de confirmar que respiraba sin dificultades.
Aquel cuerpo no era el más apto, sinceramente se sentía un poco cansado. No tenía que apresurar las cosas, por el trato que mantenía con He Xuan, así que se recostó también y decidió esperar a que Xie Lian despertara también.
Cerró los ojos y esperó. Xie Lian era alguien muy astuto y observador, un verdadero Dios marcial. Si bien había sospechado de la persona correcta antes, no fue la dirección correcta, Hua Cheng esperaba que no lo descubriera demasiado pronto. En primer lugar, Dianxia ni siquiera debería estar involucrado en todo este asunto, no poder ayudarlo en esta ocasión era una tortura, como una quemadura lenta.
Ninguno de los dos supremos había esperado que Shi QingXuan pidiera la ayuda de Xie Lian, una vez más, habían subestimado la habilidad de Dianxia de ser una persona confiable y solidaria.
Cuando hubiera alguna oportunidad de sacar a Xie Lian de ahí, lo tomaría, aunque Dianxia se enoje con él después. Sin embargo, Hua Cheng no estaba seguro de poder soportar una mirada de decepción de su Gege, había hecho un trato, una promesa, si rompía aquel acuerdo, tampoco podría mirar a su Gege como si siguiera siendo alguien confiable.
Antes de darse cuenta, se había quedado dormido de verdad. Sintió pequeñas sensaciones invadir su cuerpo, había un espacio delgado entre consciencia y sueños donde caía profundamente.
«San Lang...» Soñar con Dianxia llamándolo con dulce voz, tocándolo como solo se lo permitiría a él. Hua Cheng no solía permitiste tener ese tipo de sueños, no se sentía digno, además de que era una falta de respeto hacia Dianxia.
Pero a veces no podía controlarlo, y terminaba en sueños donde Dianxia le tomaba en brazos otra vez, como el día en que cayó desde lo alto de la plataforma. Soñaba que la estrella de la desgracia no lo atrapó y pudo quedarse con Dianxia en el palacio, ayudándolo en su cultivo. Fantaseaba que le salvaba de los demonios flores y evitaba que se apuñalara a sí mismo, inhalando el veneno en su lugar. Sus sueños lo llevaban a aquel tiempo en que las ropas de luto envolvían a Dianxia, y caía en ilusiones dónde pudo hacer que volviera a amar las flores, donde las recibiera nuevamente, tomándolas con sus preciosas manos y rozando las suyas. Dónde esas mismas manos acunaban cariñosamente su rostro...
