Fandom: Tian Guan Ci Fu(Novela). •Advertencias: Muerte, intentos e ideaciones suicidas canónicas de personaje •Etiquetas: Canon Complaint, Angst, eventual romance.. •Palabras: 1,087 ★Notas: Escrito para el reto relámpago del CDLDF.. •Sinopsis:
Cinco veces en las que Xie Lian se cae, y una vez que lo ayudan a levantarse.
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Xie Lian no tiene claro cuándo fue la primera vez que sintió que ya no podía más. Todo su reino se caía a pedazos, su gente, le rezaba por ayuda, por misericordia, y él no podía hacer nada. No podía ayudarlos, no podía salvarlos.
¿Qué era lo que significaba ser un príncipe? ¿Qué era lo que significaba ser un héroe? ¿Qué era lo que significaba ser un dios?
Nunca lo supo, aún cuando todos esos títulos lo abandonaron. Cuando no pudo ser suficiente para nadie. No era capaz de soportar ni sacrificar su propio cuerpo por su pueblo. No era capaz de soportar el dolor de sacrificar su carne y sangre ante el filo de cien espadas.
No podía hacer que nadie se quede a su lado. Ni sus creyentes, ni sus amigos, ni sus padres.
Quizá fue ese momento exacto, en que sus ojos sólo vagaban entre el balanceo de los pies de sus padres, tendidos sobre la viga, con su cuello ardiendo y una banda blanca maldita enrrollándose en su muñeca.
Tendido en el frío y sucio suelo de aquella vieja cabaña, supo que no podía siquiera morir por su propia mano. Ya no era humano, no era un dios, no era nada.
Xie Lian ya no tenía más lágrimas que derramar, porque se sentía completamente vacío.
★
La segunda vez, al menos, se encontraba clara en su mente.
Había tocado fondo, su corazón se había corrupto y buscaba desesperadamente una señal. Solo necesitaba una sola persona en el mundo que le demostrara que aún había bondad, una sola persona que de corazón pudiera ayudarlo. No importa quien fuera.
Se dio cuenta tardíamente, entre los feroces gritos y torbellinos formados por las almas liberadas, que tuvo a una persona así a su lado todo el tiempo.
Aquel fantasma sin nombre que desde el principio, entre aquel campo de muerte y devastación se inclinó ante él y le prometió seguirlo hasta el final. Se había sacrificado por él.
Xie Lian se había quedado solo una vez más, pero esta vez, una pequeña gota de esperanza había permanecido en él.
Arrodillado en aquel campo árido, después de su última batalla, decidió levantarse, aunque todos sus músculos y huesos le imploraron parar.
