Fandom: Tian Guan Ci fu •Advertencias: Ninguna. •Etiquetas: Hurt/confort, Canon Divergence, Angst. •Palabras: 1, 384 •Relación: Feng Xin/Xie Lian. •Sinopsis:
Feng Xin piensa en sus sentimientos tras haber abandonado a Xie Lian en el mundo humano. Se presenta una oportunidad única para recuperarlo.
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La capital celestial era deslumbrante como siempre, los lujosos palacios, el oro que adornaba las pulcras calles, los reservados dioses que pasean en ellas. Tal cual hace unos años. Nada ha cambiado.
Nada, excepto que ahora Xie Lian no está a su lado.
La primera vez que Feng Xin volvió al cielo, se sintió enfermo. Todo era brillante y limpio, totalmente diferente a aquella cabaña, donde había penumbra, enfermedad y hambruna. Donde habían terminado de caer, donde había perdido todo lo que tenía. Donde había dejado a Xie Lian.
Ese día, cuando regresó al cielo, Feng Xin pudo mirar a Mu Qing al otro lado, con los demás dioses. Sus miradas se habían encontrado en un instante, no hicieron falta palabras para saber en lo que pensaba.
Tú también lo has abandonado.
Feng Xin apretó los dientes, impotente, antes de seguir su camino.
Lo odiaba. Cada vez que se encontraba con Mu Qing, cada vez que pasaba por donde antes estaba el palacio del príncipe de Xian Le, cada vez que siquiera se detenía a mirarse en el espejo, siempre lo recordaba.
Recordaba aquella tumultuosa despedida, los gritos, las discusiones. Ya no podía reconocerlo.
Había servido a Xie Lian desde los catorce años, lo conocía desde mucho antes que eso, lo había amado desde que recordaba.
Feng Xin disfrutaba servir a su lado, entrenar a su lado, pelear a su lado, estar a su lado. Desde su inicio, lo admiraba como a nada en el mundo, Xie Lian más que el príncipe heredero, fue su mejor amigo, lo admiraba en cada cosa en la que se desempeñaba, lo apoyaba en todas sus pensamientos idealizados y arrullaba cada uno de sus sueños.
¿Xie Lian quería entrenar en artes marciales? Feng Xin estaba seguro de que sería el mejor. ¿Xie Lian quería cultivarse? Feng Xin no dudó ni un segundo que llegaría a ser un dios.
Creía en él, confiaba en él.
Pero algo había cambiado, había caído desde lo más alto hasta la miseria. Aún así, Feng Xin no lo dejó, no se desanimó, quiso permanecer a su lado, quería verlo levantarse de nuevo… Pero eso no ocurrió.
Y al final terminó por irse de su lado. Xie Lian no lo quería más ahí.
Pese a lo que le había dicho, Feng Xin en el fondo quería quedarse, quería comprender qué es lo que pasaba, pero también estaba cansado. Tan cansado.