Capítulo 11

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Nota: muchísimas gracias a Mattx por esta hermosa imagen de cabecera, me encantó, como todas las que me han mandado que son pocas pero realmente significativas.  Muchas gracias 😍

La mañana llegó sin que nadie pudiera evitarlo, la música seguía sonando, pero nadie podía escucharla, en el piso del lugar se encontraban todos los alumnos, algunos con una leve resaca por el alcohol, otros en un viaje astral gracias a las pastillas que Money les estuvo ofreciendo, algunos traían los bolsillos llenos de esas pastillas envueltos en unos elegantes paquetes; se habían hecho de un trabajador más; otros estaban semi desnudos en parejas, nadie hubiera creído que semejantes parejas se formaran en esa situación, pues había de todos los gustos desde parejas que eran del mismo sexo hasta parejas que tenían tres personas en la relación, aún podía escucharse el movimiento de caderas de algunos, quienes se encontraban aún con energía después de una pastilla de color negro.

En el cuarto donde Sans y Honey pasaron la noche, Sans no pudo dormir, una vez que terminaron de hacerse uno, Honey cayó rendido y Sans en sus brazos, ambos respirando de manera entrecortada pero satisfechos, el peso de sus actos llegaría con los primeros rayos del Sol.  Sans durmió poco, sabía que lo que había hecho crearía una brecha realmente grande en su relación con Honey, estaba completamente asustado de lo que fuera a pasar y el hecho de que lo provocara de una manera tan ruin, no presagiaba nada bueno; por ello cuando pudo abrir los ojos a media noche, se quedo contemplando el cuerpo que descansaba a su lado; la respiración acompasada y el leve suspiro que salía de sus labios con cada exhalación.  Regularmente acariciaba con toda la dulzura y suavidad del mundo la mejilla de Honey, sonriendo cuando éste se exaltaba o pedía por más caricias.

Antes del amanecer pudo escuchar de los labios de Honey algo que realmente no supo como interpretar, justo cuando había depositado un leve beso en sus labios, Honey suspiro sonriendo levemente para susurrar con un tono dulce un nombre Sans interpretó como la persona que se encontraba en su corazón.

- Berry... - acto seguido giró su cuerpo y se acomodó entre las sábanas para seguir durmiendo.

Sans sintió un balde de agua fría caerle encima, sabía que era poco probable que alguien como Honey se fijara en una persona como lo era él; aún así, se las arregló para poder crear un ambiente donde ambos pudieran estar al mismo nivel.  Se preguntaba Sans si mientras estaban unidos Honey pensaba en esa persona; no era de sorprender saber que realmente Honey nunca se interesaría en él.  Aun así la mentira que creo le dio una pequeña felicidad en su corazón, la realidad lo golpeo de forma horrible, pero por lo menos ahora tenía un recuerdo que atesoraría toda su vida como la mejor noche.  Se levantó de la cama y se dirigió al cuarto de baño, necesitaba urgente una ducha y algo de ropa para cambiarse, después de todo pronto llegaría su hermano, con refuerzos al lugar.

Honey se despertó un poco más tarde, Sans se encontraba sentado en una mecedora observando el cielo gris, sopesando la estupidez que acababa de hacer.  Al mayor le dio una punzada en la cabeza; pudo observar a Sans con su rostro serio y sus ojos nublados; las imágenes borrosas de lo que había pasado ayer, la realidad lo golpeo de frente, podía recordar los ojos llorosos de Sans y su propia lujuria escurrir por cada poro de su piel; se sintió un infame, había hecho algo que prometió no haría a ninguno de sus protegidos, estaba no solo faltando a su palabra sino a la promesa que había hecho a su hermano.

- Sans... ¿Estás bien? lo siento yo... - Sans giro levemente su cabeza para mirarlo, los ojos de Sans decían muchas más palabras de las que podía pronunciar en ese momento el pequeño.

- Deberías vestirte... mi hermano viene para acá con refuerzos. - y retorno su vista a la ventana, podía sentir las palabras romperse en su garganta antes de salir, no podía mirar a la cara a Honey, sentía que algo dentro se rompía cuando lo hacía.  Honey obedeció, diez minutos después pudo escucharse las patrullas llegar a la casa y revisar cuarto por cuarto la casa hasta que se habían llevado a todos los estudiantes que estaban bajo los efectos de estupefacientes y a los pocos adultos que estaban en el lugar para divertirse con cuerpos jóvenes.

Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora