Capítulo 6

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Honey no dijo nada, simplemente se dio media vuelta y se marchó del lugar, bastante tenía soportando el miedo que le daba que alguien pudiera robarle a Sans y ver la culminación de sus miedos en el baño de varones con un desconocido que le cayó mal desde el principio no fue nada grato; deseaba golpear algo con fuerza. Sans por su parte empujó con fuerza a Blackberry quien quedó sentado en el suelo con una sonrisa complacida, Sans corrió tras Honey, debía explicarle que las cosas no eran como parecían.

- ¡Honey no es...! no es lo que tu crees, ese tipo está loco...

- No necesitas explicarme nada, Sans... él parece conocerte muy bien... no sabía que te gustará algo así... - la voz de Honey se volvió fría, Sans no tenía la culpa y eso lo sabía, suspiró, no tenía caso molestarse, era obvio que ese tipo solo estaba jugando con ellos y él como todo buen imbécil había caído en sus provocaciones.

- No te preocupes, Sans... solo, ten más cuidado la próxima vez. - dijo suavizando sus gestos, colocó la mano en la cabeza de Sans y acarició con cuidado su cráneo.

La mirada de Sans entristeció de manera tal que cualquiera que la viera sentiría en su pecho un hueco enorme y unas ganas incontrolables de abrazarlo con fuerza, sin embargo, nadie se atrevería a importunar lo que Honey había cosechado por tanto tiempo, sabían por experiencia propia que si llegaban a tocar a Sans, Honey tomaría represalias. Era común que Honey los amedrentara en el pasado cuando abusaban de Sans, pero ahora, cualquier contacto, por muy amistoso que sea, por parte de un chico provocaba que la ira amable de Honey fuera desatada y mirar esa cara floja y sonriente cuando te esta amedrentando ocasionaba pesadillas en la mayoría del alumnado, sin embargo, nadie se atrevía a delatarlo con el director, pues Honey, no era alumno de la escuela, por lo que no pasaría absolutamente nada y corrían el riesgo de que terminara tomándola personal en contra de quien fuera.

Esa tarde, cuando Papyrus fue a recoger a Sans, el silencio incómodo llegó después de la pregunta repetitiva de todos los días:

- ¿Algo interesante el día de hoy? - cómo responder a esa pregunta sin decir que fue sexualmente acosado por un homosexual recientemente transferido a la escuela, cómo explicar que si no hubiera sido por Honey quién sabe qué hubiera pasado; Sans comenzó a sudar, sabía que debía responder o Papyrus comenzaría su interrogatorio en casa y las consecuencias serían mucho peor.

- Bien, jefe... nada fuera de lo común... - giró su rostro esperando ver a Honey, como normalmente pasaba cada que él se iba a casa, era una costumbre agradable cuando veía agitar su mano de forma floja para despedirse, le encantaba ver sus ojos adormilados con esa expresión cálida.

- ¿Nadie se metió contigo? ¿Te hicieron daño? - siguió cuestionando, el carro comenzaba a avanzar de forma lenta, Sans buscaba a ese maldito fumador, rodó los ojos sabía que esa obsesión que tenía por aquel hombre no era saludable, solo esperaba que con el tiempo Sans se diera cuenta de que no era la persona adecuada para él. Tal parecía que no tardaría mucho tiempo en notarlo, Honey no estaba solo.

- No exactamente... hoy fue... un día normal... vamos a casa hermano. - demasiado tarde, no esperaba que Sans se diera cuenta de esa forma, cómo podía ser tan descarado ese maldito, cómo pretendía estar de parte de su hermano mientras a sus espaldas tenía ya a una persona especial.

Sans no se despidió, le dolía mucho el pecho, sentía cada respiración dolorosa, sabía que Honey no era esa clase de persona, sabía de antemano, que no se interesaría en una chico como él, vaya tontería había dicho, Sans estaba aceptando finalmente que le gustaba un chico, desconocía de que forma le gustaba, pero solo eso sabía a él le gustaba Honey.

- Vamos por un helado y un par de perros calientes, me he olvidado de hacer las compras. - dijo Papyrus apretando con ira el volante del auto; las compras yacían acomodadas en el asiento trasero de la patrulla, pero en estas circunstancias lo primordial era animal a su pequeño hermano.

Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora