XLI

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- ¡Atai! Si existe un infierno... Nos vemos allá...

-Supongo que este es el adiós ___...

___ cerró los ojos, lista para recibir el golpe de gracia... Y entonces, puso escuchar la espada clavándose cerca de ella... pero no hubo ningún dolor ni nada por el estilo.

Sorprendida, está abrió los ojos, y vio el espada clavado en la tierra justo al lado de su cabeza, luego... retiro la vista del arma y la dirigió hacía su portador. Esté tenía una linda sonrisa, una sonrisa completamente distinta, con un toque de orgullo y felicidad.

- ¿Por qué no me matas...?

-Nunca tuve planeado matarte, tanuki.

Tanuki... ella siempre odio ese apodo... Pero esa vez le pareció reconfortante oír a Atai llamándola así.

El demonio extendió su mano para que la chica pudiese tomarla y así ayudarla a ponerse de pie. Sin embargo, esta no se movió, parecía estar escéptica de lo que ocurría frente a sus ojos. El demonio suspiro con una increíble pesadez...

-Te comprendo. Pero no te preocupes ___, no te hare daño. No pienso hacerlo.

-Lo que acaba de pasar me dice lo contrario...

-Claro, es natural que pienses así. Se que no fue correcto, pero era la manera más fácil y rápida de despejar completamente las dudas que tenía. – La chica se puso de pie, y coloco una de sus manos en su cadera y alzo las cejas.

-Dudas de... ¿Si era capaz de mantener la boca cerrada?

-Emm... ejem... - Ese tosió levemente poniendo su mano frente a su boca. -Si, algo así...

-Es decir que, me heriste y fingiste estar a punto de matarme solo para ver ¿si podías confiar en mí?

-Bueno, es una forma de decirlo.

-Vaya... ¡Pude haberte matado! De verdad me lo creí... - Dijo está con un puchero.

-Ja... te apuesto a que no me hubieras matado, aunque te hubiera dado la oportunidad.

-Si quisiera podría hacerlo.

-Exactamente. – Este hizo una pausa.

Ese tiempo fue suficiente para que ___ entendiera que el demonio tenía razón. Era cierto, si en esa batalla ella hubiese tenido la oportunidad de acecinarlo no lo hubiera hecho. No lo hubiera hecho, porque no habría querido hacerlo...

-Bueno, de cualquier forma. Tenemos que atender la herida que te hiciste.

- ¡Ja! ¿Qué me hice? ¡Pero si fuiste tú quién...!

Ella se detuvo, en definitiva, no quería admitir que Atai le había hecho daño, y el demonio lo sabía perfectamente. Por eso cuando ella se quedo callada en medio de la frase, sonrió con un poco de altivez.

El demonio comenzó a avanzar de regreso a la habitación donde había iniciado el... "incidente" y ___ lo siguió en silencio, hasta que claro, Atai decidió hacer un comentario que se le hizo obvio desde que la vio de nuevo.

-Sigues teniendo un gran ego ___.

-Claro... mira quien lo dice... ¿Y tú no? Personalmente, de entre todas las personas que conozco, eres el más narcisista y egocéntrico de todos. Pff... ¿Quién fue el loco que te dio el título de "caballero"? – Dijo esta haciendo conejitos con los dedos. -Vaya, de verdad no lo entiendo...

El demonio río ante los comentarios de la chica. Claro, así era. En vez de enojarse, o reprochárselo, solo se divertía oyéndola quejarse con su típica socarronería. De alguna forma le daba nostalgia, simplemente no podía evitar divertirse ante los berrinches que esta solía tener.

Un amor imperfecto  (ray x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora