XLIX

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-Narra pirómano kun -


Estábamos a un día del refugio, bueno, un poco más de un día.

Acabamos de descansar, y ya estábamos a punto de emprender el viaje de nueva cuenta. En el momento en que nos pusimos en marcha, ___ se acercó, y yo no me di cuenta hasta que hablo estando a un lado de mí. Siempre actuaba como un felino sigiloso.


- ¿Escuchas eso? – Me preguntó. Yo puse atención al ambiente, y no escuche nada.

-No, no oigo nada.

-Exacto. – Replicó. - ¿No te parece raro?


Ella tenía razón. Ni siquiera un conejo se había cruzado en nuestro camino. Iba a detener al grupo con una seña, pero ___ sostuvo mi mano antes de que lo hiciera.


-Si hay alguien siguiéndonos, y nos detenemos, les parecerá sospechoso. Mejor sigamos caminando en una dirección distinta a la real para despistarlos, aunque sea un poco. Y si en realidad no hay nada... en ese caso pues, que bien.

-Cierto.

-Vale, hablamos luego. – Ella se despidió sonriendo... ¡Oh!, era actuación. Por si de verdad alguien nos seguía, así no sospecharían tanto.


La vi alejándose, y se detuvo justo a un lado de Eugene. Hablaron un rato, supongo que, para desviar al grupo del camino real. Finalmente, yo no estaba seguro se de verdad nos habíamos desviado o no, pero supuse que ese era el caso.

Caminamos por unas horas más... ___ tenía razón, todo había estado muy tranquilo. Habíamos pasado mucho tiempo sin encontrarnos con ni un solo enemigo, es más, ni un solo animal en el camino.

Me acerqué a ___, y le dije que, en efecto, era extraña toda esa calma. Ella dijo que esperaban a que llegáramos al refugio para atacarnos. Sin embargo, si nuestras sospechas eran ciertas, y si nos iban a atacar en una emboscada, eso significaba que teníamos que decirles a los demás.


- ¡Muy bien!, ¡Descansemos! – Declararon Eugene y Hayato. – Es hora de comer. ¿No lo creen?


Finalmente aceptamos descansar... quiero decir, ¿Quién se negaría a eso después de tantas horas caminando? Bueno, ya estábamos en el atardecer, así que la noche estaba próxima...

Cuando nos reunimos a comer en distintos grupos como solíamos hacer, terminamos pasando el aviso de que probablemente alguien quería emboscarnos... y fue muy acertado.

En mitad de la comida, aparecieron dos demonios inteligentes montados sobre un par de bestias. Y además de los que montaban, también había otros rodeándonos... Inmediatamente, todos nos pusimos en posición para atacar y defendernos.


-Muy bien, encontramos a los niños de las granjas. – Menciono uno victorioso.

-Claro. El capitán tenía razón... -


Y sin previo aviso, de entre las sombras de los árboles, una flecha salió disparada justo delante de Eugene el cual se agacho asustado y de pura suerte salió ileso. Uno de los demonios agarró la flecha con su mano cuando paso a su lado, como si fuera la cosa mas natural del mundo. El demonio sonrió, y apunto la flecha en dirección a Oliver... y tras agitarla ligeramente en el aire, como si apuntara un dardo, la aventó. Pero a diferencia de Eugene, Oliver no tuvo tiempo de esquivar... sin embargo, una flecha había golpeado la que el demonio aventó haciendo que se desviara.

Un amor imperfecto  (ray x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora