—Consorte, ¿desea tomar ya su baño? —Megumi escuchó la voz de un sirviente fuera de la habitación.
—Sí, está bien. —respondió.
'Consorte' aún no se acostumbraba a tal título a pesar de que había pasado una semana desde que vivía. El omega solo podía ir a ciertos lugares y no podía salir al patio exterior sin acompañantes, así lo había dispuesto Sukuna, a quien no veía desde hace dos días. Unos sirvientes le habían comentado que era porque tenía asuntos que solucionar fuera, pero a Megumi le extraño un poco que no le hubiese avisado, siendo que después de casarse, este iba a su habitación todos los días y llevaba regalos.
–Que haga lo que quiera. –pensó el Omega.
Megumi tomo un cambio de ropa y salió de la habitación, siguiendo al sirviente que lo guió hasta la habitación de baño, donde había una gran ofuro lleno de agua humeante y todo lo necesario para tomar un baño.
En su segundo día ahí, le dijo a Sukuna que no quería sirvientes para todo, pues cuando iba a darse un baño, había varios sirvientes esperando a bañarlo. A Megumi no le gustó eso y los sacó a todos de ahí, él no era un inválido, podía hacer todo el solo, Sukuna le complació ordenó lo que el Omega le pidió, asignándole solo un sirviente.
Después de que el sirviente salió, Megumi se desnudó y entró poco a poco al ofuro. Al instante en el que sumergió todo su cuerpo, lo sintió relajarse. Pensó en mil cosas mientras disfrutaba del agua caliente, pensó en su familia y en cierta persona que no veía desde hace años, se preguntó como reaccionaria cuando se diera cuenta de lo que había pasado.
En ese instante, el Alfa entra a la habitación sin darse cuenta que el Omega estaba ahí y comienza a quitarse la ropa. Al escuchar el ruido, Megumi se sorprende al escuchar a alguien tarareando una melodía.
—¿Quién está ahí? —pregunta en voz alta.
Sukuna estaba a punto de quitarse el pantalón, se queda quieto al escuchar la voz de su Omega. Frunciendo el ceño, camina hasta donde está el ofuro y mira a la omega ahí, que este al ver a Sukuna con el torso al descubierto, hace una expresión de enojo y vergüenza, e intenta cubrirse doblando sus piernas.
—¿Megumi?
Sukuna está a tres metros de él, asomándose detrás del biombo.
—¡¿Qué pretendes?! ¿Ahora no puedo bañarme solo y tener privacidad? —el Omega se sentía molesto.
—Oye, no sabía que estabas aquí. El sirviente solo me dijo que mi baño estaba listo, no me dijo que estabas dentro. —Sukuna explicó, acercándose al Omega.
—¿Quieres que te crea? —Megumi intenta cubrirse lo más posible, se siente avergonzado cuando nota la mirada de Sukuna en sus hombros desnudos.
—Es la verdad, ¿quieres que vaya por el sirviente para que te lo diga? Puedo torturarlo también para hacerlo pagar, si quieres.
—No, no le hagas nada. Probablemente malinterpretó nuestra relación. —Megumi apartó la mirada de Sukuna.
A pesar de que, aunque el Alfa quisiera tomar el baño con él, sabía que no sería posible porque el Omega aún se sentía incómodo a su alrededor. Sabía que tenía que esforzarse para que Megumi confiara en él, podía esperar lo que fuera para que terminara gustando de él, no importaba si no lo amaba, quería al menos que se quedara a su lado siempre, eso era lo único que había anhelado desde hace tiempo.
—¿Por qué sigues aquí? Puedes tomar un baño después de que termine.
—¿Ah? ¿No quiere mi esposo que talle su espalda? Para este rey sería un honor. —Sukuna bromeó.
—Deja de jugar y sal de aquí.
—De acuerdo, te esperaré en el dormitorio. Te he traído algo. —después de decir eso, salió, dejando a Megumi ahí.
Sintiendo que el agua no estaba tan caliente como hace unos minutos, se apresuró a completar su baño y salió del agua. Después de secarse, se puso la ropa con rapidez y dejo la habitación de baño para dirigirse a el dormitorio principal que estaba a unos pasos.
Al entrar, miró a Sukuna sentado en la mesa de tatami tomando té. Megumi camino hacia ahí y se sentó frente a él, Sukuna le sonrió y en silencio le sirvió té. Megumi inconscientemente puso su vista en el pecho del Alfa que estaba un poco al descubierto por su ropa desordenada, el Alfa al notar eso, hizo su sonrisa más grande. Quería burlarse un poco del Omega.
—¿Te gusta? Puedes tocar —dice Sukuna en tono burlón, refiriéndose a su pecho descubierto. Megumi al darse cuenta, aparta la mirada y toma un trago al té para ocultar su sonrojo —. Te dije que no hay por qué avergonzarse, somos esposos ahora.
Molesto, Megumi aprieta el vaso de té con su mano y no contesta. A Sukuna le gustaba esa expresión, no sabía por qué, pero de alguna forma le causaba satisfacción.
—Oh, cierto. Te dije que te compré un regalo. —Sukuna deja una caja de madera sobre la mesa y la mueve hacia Megumi para que la abriera —. Vamos, ábrela.
Megumi tomó la caja y la abrió con vacilación, pero se sorprendió ver en el interior un collar de jade blanco. En ocasiones anteriores, Sukuna le daba regalos, pero estos eran ropa y zapatos. Esa era la primera vez en la que le daba un regalo que parecía bastante costoso. Pero pensó que para el rey demonio no era nada, tenía un sinfín de riqueza, después de todo, Sukuna había dado eso a su clan a cambio de él.
La emoción de su rostro cambió por una expresión de indiferencia. Sukuna lo notó y no entendió por qué.
—¿No te gustó? —el Alfa busca la mirada del Omega.
Megumi guardó el collar de Jade blanco y volvió a dejarlo en la mesa.
—¿Qué importa si me gusta o no? No conseguirás nada regalándome cosas. —dijo arisco.
—¿Crees que busco conseguir algo? —Sukuna se sintió herido —. Lo hago porque quiero y deseo. Te daré todo lo que pidas.
—¿Y si pido libertad? ¿Me la darás?
—Cualquier cosa menos eso, no te dejaré ir de mi lado —Sukuna habló con firmeza —. Con el tiempo te acostumbraras a estar aquí.
—¡¿Me tendrás aquí encerrado por siempre?! —Megumi le gritó.
—No, solo hasta que esté seguro de que no escaparás de mí —Sukuna estiró su mano y limpió las lágrimas que caían por el rostro del omega, sin que Megumi se diera cuenta de que había comenzado a llorar —. Si me das una oportunidad, prometo que te haré feliz.
Pero no importaba que le diera regalos o le diera todo lo que una persona deseara, Megumi jamás lo perdonaría, no le perdonaría que lo tuviera como un ave enjaulada. Pero Sukuna era egoísta, no lo dejaría ir porque desde que puso los ojos en Megumi, estaba hecho que era para él.
***
¿Les está gustando la historia?
Perdón porque la personalidad de los personajes sea tan OOC
ESTÁS LEYENDO
𝑺𝒆𝒍𝒇𝒊𝒔𝒉;➶𝑺𝒖𝒌𝒖𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊.
FantasiPara un omega dominante como Megumi, era una humillación ser dado a Sukuna, el rey demonio, para convertirse en su cónyuge y dar herederos. Todo a cambio de riqueza para su clan. [Terminada] •Título en español: Egoísta. ➶Extensión: 10 capítulos +Ex...