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Megumi no sabía cómo sentirse.
Usado podría ser la palabra indicada.
Había sido dado Sukuna Ryomen para ser su cónyuge, y ni siquiera había tenido oportunidad de oponerse. Jamás pensó que recibiría esa apuñalada de parte de su clan. Al ser el Omega más sobresaliente de su generación, pensó que tendría el mismo trato que un Alfa.
Había estado equivocado, todos sus esfuerzos se fueron al caño cuando le dijeron que debía casarse con ese maldito Alfa y darle herederos, a cambio, el clan tendría riqueza y paz.
Para Megumi, era el final de su vida. Él ni siquiera había planeado en casarse o tener hijos, no quería ser un omega más y ahora que se habla casado con ese Alfa en contra de su voluntad, estaba obligado a darle hijos.
Lo cierto era que Megumi le tenía cierto temor y disgusto al Rey demonio, ¿quién no? Había muchas historias sobre él. Como que disfrutaba de torturar a las personas y luego comérselas, esa la había escuchado de niño. O sobre sus cien concubinas, eso era lo que a Megumi le disgustaba. Tenía que casarse con ese demonio, ¿y tendría que compartirlo con cien personas? Comenzaba a sentirse asqueado de solo pensarlo.
Megumi no conocía nada de él y tampoco lo había visto hasta el día de su ceremonia. Le sorprendió mucho cuando lo vio, por supuesto, se veía demasiado intimidante para su gusto, pero no tenía de otra más que aceptar su destino.
Después de su ceremonia, se despidió de las personas cercanas a él, en realidad no le importaba nadie de ese clan, ni siquiera su familia quienes habían sido los primeros en aceptar el compromiso sin importarle si él quería o no.
En ese momento, Megumi se encontraba en una gran habitación, habían dejado un poco de té para él, sin embargo, no tenía ganas de nada, solo se dedicó a observar la habitación y pudo darse cuenta que esta pertenencia a Sukuna. Unos sirvientes lo habían llevado hasta ahí y le dijeron que esperara por su esposo, quien llegaría en unos momentos.
Estaba nervioso, no sabía que habría ese demonio con él, o tal vez sí, solo lo usaría y después lo agregaría como uno más de sus concubinas. Megumi no toleraría eso, quería escapar, él nunca había querido eso, aunque en ese momento no había forma de escapar, debía encontrar una forma pronto. Y a pesar de que no tenía a dónde ir, cualquier lugar sería mejor que ese lugar.
Megumi sabía que no debía verse débil ni siquiera con Sukuna frente a él, no era como los demás Omegas, él no sería una puta más de Sukuna.
Se exaltó cuando escuchó ruido fuera de la habitación, para después la puerta ser abierta. El mismo Rey demonio, Ryomen Sukuna entró y lo observó, aún traía puesto el kimono de boda al igual que él.
—Tú mirada es tan filosa —Sukuna habló primero, burlándose de Megumi —. Ah, supongo que estas en contra de esto, pero he estado esperando por ti desde hace mucho tiempo, Fushiguro Megumi.
Megumi no contestó, pero nuevas preguntas habían surgido. No entendía, ¿acaso Sukuna sabía de él desde antes?
—Por supuesto, tuve que esperar a que fueras un poco mayor —añadió —. No importa si te gusta o no, eres mío ahora y no te dejaré ir.
—¡Escoria! —escupió el de cabello negro completamente enojado.
—Lo soy, ¿recién te das cuenta? —admitió Sukuna, riendo —. Pero seré bueno contigo, haré que estés bien aquí.
Megumi lo miró mal, al verlo, Sukuna se relamió los labios fascinado y sin ningún aviso, comenzó a quitarse la ropa. El más joven se espantó y comenzó a ponerse nervioso.
—¡¿Qué haces?! —grito alarmado el omega.
—Quitándome la ropa, ¿no ves? —respondió el Alfa como si no fuera nada.
—Pero–
—¿No somos esposos ahora? Es nuestra primera noche, vamos a hacerlo. —Sukuna quedó sólo con la ropa interior del traje de bodas y el torso descubierto, sonriendo desvergonzado.
—¡No lo haré! —le gritó Megumi.
—¿No? —Sukuna se acercó a Megumi, quedando solo a centímetros de él y dejó salir un poco sus feromonas. Megumi reacciono a ellas como se esperaba.
Eran demasiado fuertes y solo buscaban intimidarlo para que cediera.
El nerviosismo de Megumiaumentó, pero no se dejaría intimidar por ese demonio, así que lo alejó usandofuerza, pero como esperaba, Sukuna no retrocedió ni un poco.
—Aléjate, maldito demonio. —dijo furioso entre dientes.
—Eres muy atrevido, Megumi. Me gusta eso de ti.
Sukuna sin usar demasiada fuerza, tumbó a Megumi sobre el futón, tomó las manos del chico y las puso sobre su cabeza. El Omega estaba inmóvil debajo de Sukuna, que lo presionaba con su propio cuerpo.
—¡Si lo haces, te odiaré el resto de mi vida!
—¿No me odias ya? —El rey demonio río —. Pero está bien, no lo haremos hoy, sólo quería molestarte. —Sukuna lo soltó y se levantó. Se acomodó la ropa y después volvió a observarlo con una sonrisa descarada —. Duerme, mañana vendré por ti temprano.
Después de decir eso, simplemente de fue. Megumi se quedó recostado en el futón sin entender qué había pasado. Pensó que Sukuna lo obligaría a tener relaciones con él, pero no se esperó que el Alfa solo se fuera.
El Omega estaba cansado y lo único que quería era dormir y después para después descubrir que todo había sido un sueño. Se quitó el kimono de bodas y se dio cuenta que habían dejado un conjunto de ropa de dormir para que la usara. Rápidamente se lo puso y se metió entre las mantas del futón y cerró los ojos antes de que las lágrimas amenazaran con salir.
Hola!
Es la primera vez que escribiré de este shipp, espero que les guste. Los capítulos serán más largos en lo que avanza la trama.Si les gusta no se olviden de comentar y dar una estrellita ♡♡
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𝑺𝒆𝒍𝒇𝒊𝒔𝒉;➶𝑺𝒖𝒌𝒖𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊.
FantasyPara un omega dominante como Megumi, era una humillación ser dado a Sukuna, el rey demonio, para convertirse en su cónyuge y dar herederos. Todo a cambio de riqueza para su clan. [Terminada] •Título en español: Egoísta. ➶Extensión: 10 capítulos +Ex...