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Pov's Jared


La soledad de mi apartamento me hace sentir triste, prácticamente desde que me mudé a mi propio hogar me he sentido así.

Desde que cumplí la mayoría de edad he puesto mi empeño en trabajar y ayudar a mi madre a llevar dinero a casa, esa perseverancia y ganas de seguir es lo que me ha traído hasta aquí. He de admitir que me he concentrado tanto en el trabajo que me alejé un poco de mi familia, sin embargo eso es lo que me ha llevado a sacar adelante mi madre y hermana

Y es ahí cuando me digo que merezco un alto, merezco alejarme un poco del trabajo y pasar tiempo con mi familia, pero también me digo que puedo dar más en el trabajo y que si yo no lo hago nadie lo hará por mí, nadie velará por mi familia si no soy yo.

Esas malditas contradicciones me hacen casi volverme loco y exasperarme como nunca, luego la tristeza de sentirme solo me embarga y vuelvo a lo mismo, que mi trabajo me ayuda a sacar adelante a mi familia y que mi madre no se exija tanto.

Un pesado suspiro escapa de mis labios y me dejo caer contra el sofá, pasando mis manos por mi cabello. Me obligo a ordenar mis pensamientos una vez más y a tranquilizarme, debo pensar con claridad.

A la mente me llega el recuerdo de las palabras que mi madre me dijo hace una semana. Siempre digo que no tengo tiempo para una pareja y es cierto, tampoco tengo tiempo para buscar a una mujer con la cual pasar una noche de pasión, por lo que siempre resuelvo las cosas con mis manos, pero de vez en cuando hacerlo no está mal. No tengo sexo hace algunos meses, ocho para ser exacto y en este momento, encontrar a alguien con la cual bajar mis niveles de estrés por trabajo no me haría mal.

Tal vez deba aceptar la loca idea de Miller ir a esa fiesta a la que me invitó, estoy seguro que alguna mujer querrá pasar la noche conmigo. Bueno, eso dijo el hombre que ocupa el lugar de mi mejor amigo. Y por mucho que esté sonando como un imbécil, sé que es cierto.

Pero una vez más me repito que no tengo tiempo y al fin de cuentas debo terminar algunas cosas del trabajo. Que deprimente, un sábado por la noche en casa y aunque no es ni el primero ni mucho menos el último, por alguna extraña razón hoy me siento como un hombre patético. Lo que de seguro soy.

Un gemido me hace salir de mis ensoñaciones y llevar mi mirada hacia la pantalla plasma, donde se reproduce alguna película en donde los protagonistas están teniendo sexo. Hace un rato estaba viendo mi serie favorita y ahora están dando alguna película de romance con muy malas escenas de sexo, debí estar tan sumergido en mis pensamientos que no me di cuenta que el programa terminó.

Cuando tomo el control remoto dispuesto a apagar el televisor e ir a hacer mi trabajo, el gemido de la protagonista me hace detenerme abruptamente y ver fijamente la pantalla. No sé si es porque llevo tanto tiempo sin sexo, pero la tonta escena de un muy mal sexo hace que cierta parte de mí decida venir a saludar.

¡Joder! Me toqué esta mañana en el baño, pero parece que no fue suficiente y cierta parte de mí me recuerda que no tengo intimidad hace meses y una simple tocada algunos días a la semana no va a reemplazar el estar hundido en una vagina. Necesito tener sexo y no tengo tiempo para ello.

-Al parecer tendremos que conformarnos con una sobada -murmuro con la mirada en la tienda de campaña que se forma en mis pantalones.

Sin duda me he vuelto loco por estar hablando con mi miembro.

Llevo la mirada de nuevo al televisor, para darme cuenta que la escena que me puso caliente acaba de terminar. Muerdo mi labio inferior indeciso y me rindo ante el dolor que siento en mi entrepierna, dolor que solo calmaré ya sea con una ducha fría o con ayuda de mis manos y por supuesto que elegiré la segunda.

Apago el televisor y por poco corro hacia mi habitación. Me siento en la cama y bajo un poco el pantalón de franela, que es lo único que cubre mi anatomía, dejando a la vista mi miembro erecto. Me tomo entre mis manos, empezando a subir y a bajar por mi socio del placer, cerrando mis ojos e intentando imaginar algo que me ayude.

Pero nada, nada me ayuda por lo cual me rindo y decido ir por mi plan b, porque la erección me empieza a doler y el deseo de complacerme está latente. Tomo la laptop que descansa en mi mesita de noche, entre mis manos y la dejo sobre la cama, me siento frente a ella y procedo a encenderla. Cuando todo está hecho, entro a una de las páginas que conozco que son confiables y busco algo de inspiración.

Pero busco, busco y nada encuentro. Maldición, pareciera que justo en el momento que más quiero hacerlo, ninguno de los videos me motiva. Porque sí, yo, Jared Pierce está buscando algún video pornográfico que me inspire a venirme.

Doy clic sobre un video que llama mi atención, pero al parecer el cursor no estaba bien sobre lo que quería seleccionar, porque termino entrando a uno de los anuncios de la página. Maldigo por lo bajo y espero a que la nueva página que acabo de abrir cargue, para poder volver y ver el video.

Al parecer el internet se torna lento y en mi contra, porque tarda en cargar el sitio web. Llevo la mirada al techo y cruzo mis dedos para que se apresure, no tardo mucho con la mirada arriba porque rápidamente la llevo de nuevo a la pantalla de la laptop. Dejo escapar un jadeo cuando mis orbes enfocan lo que se ve en la pantalla.

Línea erótica, llame ya.

Se lee en letras coloridas y llamativas. ¿Acaso siquiera existe eso? Bueno, pregunta estúpida, es obvio que sí porque estoy viendo la página web.

La curiosidad me gana y por un momento me olvido del dolor de testículos que tengo, mientras empiezo a leer la información sobre esto tan curioso. Al parecer hay un call center al que se puede llamar o también se puede llamar a alguna de las trabajadoras que hacen su trabajo desde casa, según entiendo.

- ¿Llamar o no llamar? -me pregunto a mí mismo de forma indecisa-. ¿Qué tan malo puede ser? Solo tengo curiosidad y una gran erección que al parecer este sitio me puede ayudar a bajar.

Estoy loco. Y lo confirmo cuando corro hacia la sala de estar y agarro el celular que descansa sobre la mesita de café, para volver a mi habitación y marcar uno de los números de manera aleatoria. Porque claramente no sé sobre esto y ni loco voy a llamar al call center donde mi llamada será transferida primero a una recepcionista antes que a alguna de las mujeres que trabaja ahí. Si voy a pasar vergüenza, será con una de las mujeres que trabaja desde su casa.

Después de al menos tres tonos, una voz dulce, suave y muy femenina contesta.

-Línea erótica, ¿Qué deseas? ­-cuestiona con un tono de voz relajado.

Una corriente eléctrica recorre mi cuerpo y termina en cierta parte a la cual le encanta el timbre de voz de esta mujer.

Pero aquí la verdadera cuestión es ¿Qué es lo que deseo? ¿Y cómo pasé de sentirme triste y solo a estar caliente?

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¡Hola!

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Susurros Al Oído [+18] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora