19

88 7 2
                                    

¡Gracias por darle una oportunidad a la historia! ¡Gracias por los 3k de lecturas!











Jared

Cierro la puerta detrás de mí y dejo las llaves sobre la mesita de la entrada. Me estiro como un gato, de forma perezosa, y camino arrastrando mis pies hasta llegar a la cocina.

Abro el refrigerador y saco una botella con agua, bebo hasta la mitad de un solo y dejo el envase sobre la encimera. Recuesto mi cadera a ella y meto la mano al bolsillo de mi pantalón en busca de mi celular para verificar la hora.

3:16 AM

Hace mucho que no estaba despierto a esta hora y aunque sé que un par de horas me estaré muriendo del sueño, siento que ha sido de las mejores decisiones que he tomado. Sí, solo fue salir con mis amigos, pero hace bastante que no me divertida y tomaba un tiempo para mí.

A pesar de la hora que es, siento que tengo las energías renovadas; sin embargo, debo dormir o no llegaré a la oficina temprano, aunque estoy muy seguro que tan temprano no voy a llegar, pero sí que debo ir.

Me vuelvo a estirar y ahora sí decido ir a descansar el par de horas restantes antes de que suene mi alarma.

Hago la misma rutina de siempre y me dejó caer como un saco de papas en la cama.

Cuando mi alarma empieza a sonar, me pienso muy bien la idea de seguir durmiendo y no ir a trabajar. Pero por más que lo desee, debo ser responsable y el pensamiento del trabajo primero, no me dejará seguir descansando en paz.

Tardo un poco mas de lo normal en alistarme y en salir del apartamento, pero lo logro. Compro algo para desayunar camino a la oficina y por más que lo intente, llego unos buenos minutos tarde.

Paso de largo a Helen, quien ya se encuentra en su lugar con la mirada clavada en el monitor, pero al escucharme se levanta y camina a pasos rápidos detrás de mí.

Escucho la puerta cerrarse y enfoco en mi mirada a Helen, cuando ya estoy sentado detrás de mi escritorio.

—¿Qué te pasó? Pareciera que un camión te aplastó y de paso un animal se comió lo poco que quedó de ti, para luego vomitarlo.

—Dos puntos —enumero con mi mano derecha mientras que con la otra la señalo—. Uno: que poco sutil y dos: eso fue muy asqueroso.

—No hay otra forma de describir como te ves —se encoje de hombros y deja la correspondencia sobre el escritorio, junto a otros papeles.

—Ni me lo digas —masajeo mis sienes y suelto un pequeño suspiro. También aprovecho para darle un pequeño repaso, no pareciera que esté embarazada—. ¿Cómo va todo?

Se remueve incómoda en su lugar y toma asiento frente a mí.

—¿Podrías no decir que estoy embarazada?

—Soy un baúl cerrado —finjo cerrar un zíper sobre mis labios y lanzar la llave lejos.

—Gracias.

—Aunque no es algo que se pueda ocultar mucho tiempo, digo, en algún momento verán tu vientre enorme.

—Lo sé, Jared.

Me mira como si quisiera aniquilarme.

Río y la miro retirarse a su escritorio a pasos firmes.

Espero que todo salga bien para ella.

Tomo los papeles que me trajo e inicio a leerlos, antes de ser interrumpido por mi celular.

Suelto un gruñido de molestia y contestó sin mirar quien es.

—¿Hola?

—Línea erótica, ¿Qué deseas?

Me paralizo y guardo unos segundos de silencio, para poder procesar la situación.
—¿Jared?

Creo que mi silencio se prolongó más de lo normal.

—Aquí estoy, ¿Qué quieres?

No pretendía ser grotescos, pero no pude evitarlo.

—Disculparme.

—¿Fue una afirmación o pregunta?, ¿Y por qué tendrías que disculparte?

—Afirmación —suspira—. No quería ser grosera en el supermercado, ni en la reunión con mi tío. Solo estoy asustada.

—De acuerdo, es válido. No nos conocemos de nada y tú solo hacías tu trabajo.

—Lo sé. Sin embargo; a parte de las llamadas por trabajo, las conversaciones que teníamos eran geniales y sentía que nos conocíamos.

No quiero decir nada, deseo que ella terminé de hablar para hacerlo yo, pero al ver que no dice nada le doy un incentivo para que continúe.

—Está bien, yo también lo sentía.

—¡Genial! Y entonces el punto de esta llamada es disculparme, además invitarte a mi fiesta de cumpleaños. Sé que no eres un asesino en serio, por lo que no hay problema.

—Déjame ver si entendí —me acomodo en mi lugar y esbozo una tonta sonrisa—, ¿Me estás invitando a tu fiesta de cumpleaños?

—Eso mismo —ríe de manera nerviosa—, es este viernes a las 7.

—No sé si podré llegar, tengo algunos compromisos, pero te estaré avisando.

—Súper, escríbeme a este mismo número si asistes, es mi teléfono personal.

—Bueno, tengo que volver al trabajo.

No la dejo contestar y cuelgo la llamada.

Dejo ir la tensión que estaba reteniendo y muerdo mi labio inferior para ocultar la sonrisa que quiere escapar.

—mierda —murmuro.

Dije que dejaría todo atrás, lo que no espere fue que llamara e incluso me invitara a su fiesta de cumpleaños. Esto es una locura.

Pero de nuevo vuelve mi razonamiento a atacar.

No la conozco, no tengo tiempo y no sé si es buena idea.

Claro, la segunda es solo un obstáculo que yo mismo me pongo, porque los viernes por la noche nunca tengo nada que hacer.

Y dije que tendría un pequeño cambio, puedo comenzar con esto. Nunca haría algo que se saliera de mis manos y que yo no pudiera controlar, ¿Y qué mejor que ir a una fiesta de la chica de las llamadas?

Lanzarme a una aventura, algo que jamás haría, probablemente es una buena idea para iniciar con mi reconstrucción y liberarme un poco.

—Sí, no es una mala idea.

—¿Hablas solo?

Me sobresalto y miro hacia la puerta, encontrándome con Ayelén riendo.

Riendo de mí, es lo peor.

—¿Acaso tú no lo haces?

—La diferencia entre tú y yo, hermano mayor, es que yo si estoy cuerda.

Cierra la puerta tras de si y se acerca para abrazarme.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a hablar contigo sobre mamá.

Evito rodar los ojos y le hago una seña para que tome asiento.

Genial, mi hermana menor viene a darme una charla sobre que debo disculparme con mamá y su prometido.





Hola!

Para más contenido y adelantos, pueden encontrarme en Instagram  y Tiktok como: Key.escritora

No olviden votar y comentar que les pareció el capítulo.

Susurros Al Oído [+18] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora