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Pov's Jared

Dos años antes

Miro fijamente a Miller esperando que diga que todo es una maldita broma. Él no pudo hacer eso, pero luego recuerdo que mi mejor amigo está loco y que de hecho sí hay muchas posibilidades de que lo haya hecho. Y el que no diga lo contrario me lo confirma.

-¿Por qué lo hiciste? -llevo la mirada al edificio que se encuentra frente a nosotros. Un centro comercial.

-¿Por qué no lo haría? -cuestiona-. Es San Valentín y no tienes una cita por estar metido en el trabajo, es triste y deprimente. Así que por eso decidí hacerlo, tal vez sea el amor de tu vida.

-No la conozco -gruño haciéndolo reír.

Como si está situación fuera graciosa.

-No la conoces, pero estás apunto de hacerlo y tal vez terminen en otra cita más adelante -.

Suspiro pesadamente y asiento levemente con la cabeza. No me queda de otra, ya estoy aquí y tampoco seré mala persona para dejarla plantada.

Me adentro al edificio sin siquiera despedirme y me encamino hacia el ascensor a pasos perezosos. En mi mente retengo la descripción que Derek Miller me dio de la mujer con la que me voy a encontrar y que no tengo ni la remota idea de cómo se llama, porque mi amigo fue tan amable que no me dio un nombre. Ni siquiera sé dónde la conoció o si es una asesina y yo seré su próxima víctima.

Fui emboscado por él, con la excusa de comprar un regalo para su prometida porque olvidó hacerlo y yo le creí. Más ingenuo no puedo ser.

Cuando las puertas de metal se abren en el piso correspondiente, salgo de la caja metálica y procedo a hacer mi camino hasta la cafetería donde me espera la chica. Una campanita indica que un nuevo cliente ha entrado y ese soy yo.

Busco con la mirada a la mujer con las descripciones que se me proporcionaron y al dar con ella, tomo una gran bocanada de aire antes de acercarme con cierta precaución, no vaya a ser que salte sobre mí y me apuñale. De acuerdo, tal vez exagero.

Conforme más me acerco, me doy cuenta que es una mujer muy hermosa y refinada. Me pregunto cómo es que ella necesita de una cita a ciegas si podría tener a cualquier hombre comiendo de la palma de su mano.

Me siento frente a ella, quien se sobresalta y levanta su mirada para regalarme una pequeña sonrisa. Sus ojos me tienen hipnotizado por varios segundos en los que no digo de ver esos dos colores, uno azul como el cielo y el otro tan verde como el césped. Rara comparación, pero la verdad más sincera.

-¿Jared? -Arquea una de sus delineadas cejas.

Sacudo mi cabeza obligándome a concentrarme y a dejar de parecer imbécil mirándola fijamente sin decir nada.

-Sí -susurro de manera incómoda. Ella no deja de verme como si me estuviera analizando. Aunque yo hice los mismo hace un rato.

-Bueno, es lógico que eres tú -ríe de manera encantadora-. Eres el mismo de la foto que me dio Derek, solo que en ella aparecías con barba y te veías muy bien, no es que ahora no te veas bien solo que en la foto te veías más atractivo y como dije no es que ahora no seas atractivo.

Parece que inicia un vómito verbal que me marea un poco, por lo que decido intervenir.

-¿Cómo te llamas? -.

Ella detiene su habladuría y me mira con los ojos abiertos de par en par, una expresión de sorpresa que la hace ver adorable. Un sonrojo invade sus mejillas llenas de pecas e inicia un jugueteo con un mechón de su rizado cabello pelirrojo. Tiene vergüenza.

-Lo siento, normalmente no hablo tanto, pero estoy algo nerviosa -muerde su labio inferior-. Me llamo América Rogers.

-Curioso nombre -sonrío ligeramente y evitó decir que se llama como un continente.

-Tu amigo hizo un mal chiste sobre que me llamo América y vivo en Europa -.

-No me sorprende que hiciera un chiste así -bufo-. Pero ahora que sacas a mi mejor amigo en la conversación, ¿Me podrías decir cómo es que terminamos en una cita?

-Es una historia larga y divertida -.

-Qué bueno que estoy dispuesto a escucharla-.

Escucho atentamente como es que ambos terminamos en una cafetería en una cita organizada por Derek Miller, alias un grano en el trasero.

La tarde pasa llena de risas y anécdotas contadas por ambos para conocernos mejor. Cuando el sol se está ocultando, es cuando decidimos despedirnos, no sin antes agendar su número en mi celular y decirle que la llamaré para una segunda cita.

Al salir del centro comercial, me doy cuenta había llovido y no me di cuenta de eso, hay algunos charcos y solo un leve rocío de lluvia que es agradable.

Mientras camino por la acera, no puedo evitar sonreír y recordar a esa bonita pelirroja. Miro la pantalla de mi celular y mi sonrisa se agranda al ver su número agendado, sin duda alguna la voy a llamar.

Alguien golpea mi hombro, sacándome de mis ensoñaciones Y haciéndome tambalearme. Por intentar mantener el equilibrio mi celular resbala de mis manos y cae dentro de un charco de agua.

Maldigo por lo bajo y giro dispuesto a insultar a esa persona, pero me doy cuenta que sería estúpido porque no vi su rostro y hay varias personas a mi alrededor, cualquiera pudo haber Sido. Me resigno y me agacho para levantar mi celular y ve que tan dañado está.

-Maldición -digo al ver que no enciende.

Perdí todos mis datos y contactos importantes que tenía guardados en mi celular. Solo a mí me suceden estás cosas.











¿Quién será ella? Jajaja

¡Feliz San Valentín! ♥️
Espero que pasen un hermoso día con las personas que más aman.


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Susurros Al Oído [+18] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora