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Pov's Jared

Lo he intentado y mucho. Pero no lo logré. Mi fuerza de voluntad se derrumbó al ver el registro de esa llamada.

Me terminé tocando en la ducha mientras pensaba en la interesante y placentera conversación que mantuve con Amare. ¡Joder! Es que me dio mucho placer, realmente es buena en su trabajo. Es un recuerdo que no puedo olvidar.

¿Me avergüenzo? Sí y mucho, más no me arrepiento de nada, mucho menos de lo que hice en el baño hace unas horas.

Volviendo al presente, dejando de lado ese magnífico momento de relajación, me siento frustrado y enojado. No, enojado no, furioso y ese sentimiento negativo se debe a Mary Pierce, mi amada y metiche madre.

Por Dios, amo a esa mujer, pero cualquiera se daría cuenta que no es una madre normal que hace cosas normales y que me exaspera a niveles muy elevados. Porque jodidamente Mary me organizó una cita, lo llamaré así para no decir que me organizó una reunión de sexo, porque eso hizo.

Literalmente ella me emboscó e hizo que me reuniera con una hija de una amiga suya, para tener sexo ¡En un hotel! No sé qué le pasa a mi madre para hacer eso. Si Derek estuviera aquí se estaría burlando de mí por ser tan idiota e ingenuo para creer la tonta excusa que usó mi madre.

Ella dijo y cito sus palabras: ¿Puedes irle a dejar esto a la hija de una amiga?

Me entregó una pequeña bolsa y la dirección en un trozo de papel, yo no conocía el contenido de esa bolsa, pero al llegar a la habitación y que ella viera su contenido, y leyera la nota que iba a dentro supe lo que era.

¡Una caja de condones! Con una nota que decía que disfrutemos de un momento de placer. Por supuesto que la pobre chica no sabía lo que mi madre había enviado y yo estaba muy apenado por los disparates de mi madre.

-Lo siento -dio como por duodécima vez.

Ríe -tranquilo no me sorprende viniendo de tu madre -.

-Lo sé, pero es vergonzoso -rio levemente-. Gracias por no creer que estoy loco o soy un pervertido.

-Te lo perdonaré si me llamas un día de estos y me invitas a un café -.

Abro mis ojos como platos por la sorpresa, pero al fin de cuentas rio y asiento levemente.

-Sigues siendo la misma Rebecca -.

-Nunca voy a cambiar -me guiña un ojo y me acompaña a la puerta-. ¿Entonces es una cita?

-¿Es una cita? -la miro con confusión.

-Por supuesto, siempre he querido salir contigo -.

Asiento algo confundido y salgo de esa habitación de hotel pensando en sus últimas palabras. ¿Siempre ha querido salir conmigo? ¿Por qué? Si soy aburrido.

Sacudo mi cabeza alejando esos pensamientos y continuo mi camino hacia el ascensor.

Cuando sus puertas se abren en el estacionamiento, camino a paso rápido hacia mi auto ya que voy tarde a un almuerzo con mis amigos. Me adentro al automóvil negro y lo pongo en marcha.

Mi celular una indicando la llegada de un mensaje y aprovechando que estoy detenido en un semáforo, tomo el aparato y lo desbloqueo para leer el mensaje.

De: Derek

¿Puedes pasar por Sam antes de venir al almuerzo? Ella está en casa de una amiga, ya te envío la dirección.

¡Ni siquiera he dicho que sí! Pero conociéndolo no dejará de insistir hasta que acepte, por lo que contestó un simple sí, y conduzco a la dirección que me envió.

No tardo en llegar porque no está muy lejos de donde estaba. Estaciono afuera del edificio y le envió un mensaje a Samantha diciendole que estoy abajo y que se apresure, ella no tarda en bajar y besar mi mejilla a modo de saludo.

-¿Cómo estás? -.

La miro de reojo mientras presto atención a la carretera. Enciende la radio y cambia de emisora hasta dejar una dónde están transmitiendo una canción de The Connection.

-Bien, ¿Tú? -susurro.

-¡Genial! Algunos antojos y algo de náuseas, pero nada que no pueda controlar -coloca sus manos sobre su poco abultado vientre mientras habla.

-Eso es bueno -sonrío-. Derek y tú serán buenos padres.

Ella susurra un gracias y nos mantenemos en silencio el resto del viaje.

En el apartamento de Derek, él nos espera en la puerta y abraza a Sam de manera eufórica, como si no la hubiera visto hace unas horas.

-¿El amargado te trató bien? -le pregunta cerrando la puerta detrás de él.

Camino a la cocina, ignorando a la parejita, y me encuentro con Christian.

-Derek está tan feliz sobre la idea de ser padre -comenta sin siquiera mirarme, porque tiene toda su atención en lo que cocina.

-Espero que nada ni nadie le quite esa felicidad -me siento en una de las sillas altas de la encimera y miro cada uno de sus movimientos.

-Jared Pierce, la negatividad en persona -bromea haciéndome rodar los ojos con diversión-. ¡Ya la comida está! -grita llamando la atención de la pareja que aún se encuentran compartiendo saliva

A veces me siento solo, pero solo debo recordar que tengo buenos amigos con los que cuento en las buenas y en las malas. Eso siempre aleja los malos pensamientos de mi cabeza.

Pero hay algo o mejor dicho alguien que no ha abandonado mi mete en horas. Amare.

***

¡Hola!

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Susurros Al Oído [+18] En PausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora