Epílogo Azul

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¿Ven eso? ¿No? Déjenme describirles el ambiente.

Hoy Win está que le tiembla las piernas y no es exactamente del temblor bonito cómo cuando está con su esposo, oh no, es de ese temblor que le da cuando siente que está apunto de desmayarse.

— Cariño, pareces gelatina.– dijo Bright poniendo una mano en su hombro.

Win le miró por sobre si, encontrándose con un adorable señor brillitos de veintinueve años, ¿Cómo pasa el tiempo, no? Win jura que puede recordar como si hubiera sido ayer el día de su boda.

Esperen, mejor, el día de su compromiso cuando cumplieron dos años juntos.

Oh, Win gritó tanto que se quedó sin voz por una semana, semana que Bright tuvo que esperar para que le dijera el tan ansiado "sí"

Ahora, ya dos años después de su boda y siendo oficialmente esposos reconocidos por el país, estaban a minutos de recibir a su pequeño hijo.

Sí, poco tiempo después sintieron que la casa estaba muy sola, que le faltaba alegría —no amor, ellos tenían mucho amor entre sí, no se confunda– y algunos pequeños piececitos corriendo en los pasillos desiertos.

Hace unos meses y despues de la insistencia del matrimonio Chinnarat — obvis q son Mike y TopTap-, se decidieron a finalmente conocer a un lindo niño de siete años, de ojos grandes y curiosos, con piel pálida una sonrisa que asemejaba mucho a la de Bright.

No es por ser presumidos, pero ese pequeño niño llamado Boun, daba aires de ser muy guapo como Bright lo era ya.

— Señores Vachirawit, en unos minutos Boun estará con nosotros, ¿Les gustaría sentarse? No tarda mucho.– indicó amablemente la recepcionista.

Win a medio conciencia, asintió levemente y con ayuda de su esposo se sentaron, Bright pudo sentir como era que temblaba y tenía miedo por lo que se decidió a distraerlo.

— Voy a vomitar.–

— No, no lo harás, pronto tendremos a nuestro hijo.–

Win le miró con ojos de cachorrito, logrando una ligera caricia en su mejilla por parte del mayor.

— ¿Me recuerdas porqué estamos acá? Tengo miedo.– dijo con vergüenza.

Win no es que no quiera al niño, por Dios que no, literalmente adoraba a la pequeña criatura que estaba seguro le llenaría la vida de alegrías pero, no por eso quería decir que dejaba de tener miedo, aún podía recordar como es que vió llorar a Toptap cuando su hijo, Prem, se enfermó y tuvieron que salir corriendo al hospital cuando el pequeño cuerpo no soportó la temperatura, la mirada asustada de Mike cuando vió a su primogénito completamente sedado.

Tenía miedo de que algo así pudiera pasarle, de que no fuera buen padre y no pudiera reaccionar a tiempo.

No les estaba diciendo malos padres a ellos, claro que no, de hecho, ambos fueron oportunos cuando vieron al niño llorar por el dolor en su cuerpecito, gracias a lo que sea que esté arriba, Prem estaba ahora completamente sano y bajo el cuidado de ambos padres, siendo está, una experiencia que los unió aún más pues sucedió en el primer año de su adopción, cuando aún el cachetón era muy tímido de incluso llamar "Papá" a alguno de ellos.

The Pink Panther©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora