Dalfe no durmió esa noche ¿Cómo podría? Sus nervios estaban tan tensos como las cuerdas de un instrumento que al momento de ser tocados producirían una melodía para nada placentera. Ahora lo sabía. Siempre lo había sabido, pero que tus instintos te digan algo no es lo mismo a que seas totalmente consciente de ello.
Nunca estuvo a salvo y nunca lo estaría mientras estuviera en la comunidad del Jabalí Salvaje bajo las reglas de Purlan y la amenaza constante de Oleg. Uno apenas y era soportable, pero con los dos asociados solo era cuestión de tiempo. Dalfe se había salvado ese día, pero solo porque había tenido la suerte de que Oleg se confiará y permitiera que su primer golpe llegará cerca de la yugular, no lo suficiente para matarlo, pero si para incapacitarlo. Sin embargo...¿Y qué pasaría la próxima? ¿Sería en un mes? ¿Una semana? ¿Qué evitaba que el día siguiente mismo no tomarían la revancha? Nada, no había ninguna garantía. Esa era la respuesta y al mismo tiempo era el problema.
Se levanto del montón de cobijas y alfombras apiladas donde había estado durmiendo las últimas semanas. Dar vueltas no estaba mostrando resultados, por lo que finalmente se dio por vencida en tratar de dormir.
Estaba en una de las habitaciones de bodega. Durante el día usaban ese espacio para limar y lijar el barniz viejo, las imperfecciones y las astillas de toda la mercancía que lo necesitara. Por lo que estaba lleno de tablas, esqueletos de muebles sin pintura, lijas y maquinas con las que apenas se estaba familiarizando. Sin embargo, durante las noches barrían lo mejor que podían y era donde Dalfe y Telma dormían.
Ahora ella estaba sumida en un profundo sueño y parecía no haber notado que Dalfe estaba despierta. Roncaba con una ligereza despreocupada que Dalfe envidiaba. El hecho de que pudiera hacerlo después de lo ocurrido era una gran hazaña.
Pero claro ella no había estado ahí. Solo sabía lo que Dalfe misma le había contado, cuando había regresado. No fue mucho después de que la pelea finalmente terminara, por lo que Telma y Jalin, quien llego junto con ella, atraparon a Dalfe limpiando y vendando las heridas de Arrael. Era una visión un tanto extraña que, junto a la mancha enorme de sangre en el suelo de una de las habitaciones, ameritaba una explicación.
Dalfe hizo lo posible por contar toda la historia, pero llego un punto en el que el shock ceso y abrió paso al terror que, sin su consentimiento, se llevó su voz y la dejó incapaz de continuar. Arrael se vio forzado a seguir desde donde se quedó con tono seco y sin mirar a nadie a los ojos.
Después de eso todo había transcurrido con inquietante normalidad, como había sido días antes. Trabajaron en un par de muebles, limpiaron el salón antes de la hora apertura y al final, Jalin tuvo que suplir a Oleg como guardia de seguridad esa noche. Ya que Oleg seguía recuperándose y como no lo podían llevar a un hospital humano, Purlan lo había acogido en su despacho y encerrado con él.
Purlan solo salió para informar del cambio de roles y volvió dentro. Dalfe temió todo el día que tomara represalias por lo ocurrido, pero nunca las hubo y era otra de las razones por las que no podía dormir. Había aprendido que la quietud no era paz, si no, la calma antes de la tormenta.
No era sano que siguiera pensando en ello por lo que se levantó y fue en busca de su mochila para encontrar algún consuelo, ya sea en los inventos y notas de su hermano, o en el libro que la dulce Rila le había regalado.
Era tarde por la noche, la luz estaba apagada y la puerta cerrada, no había ninguna ventana por donde se filtrará la luz. Por lo que ella tuvo que arriesgarse a ir a gatas para encontrarla.
Tan pronto la halló, la abrazó contra su pecho y fue cuando notó lo extraño. La mochila vibraba a intervalos como el pulso de un corazón. Al abrir la cremallera descubrió que había algo que brillaba dentro con una luz roja. Revolvió los aparatejos con sumo cuidado de no hacer ruido. Que Dalfe quisiera que Telma estuviera despierta no significaba que ella quisiera ser la razón de ello.
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Vida Salvaje
FantezieLa magia es peculiar y encuentra la forma de poner todo en su lugar. Los "depredadores" solo asesinarán Los "salvajes" siempre combatiran Los "soleados" nunca se rendiran Y ninguno terminara por ganar.