-Candy, ¡tenemos que hablar!-
mientras digo esto mis ojos no pueden dejar de verla, esta tan linda ahí arrodillada en mi cama, con el bretel de su camisola deslizándose por su hombro níveo salpicado de unas cuantas pecas, las mismas que quisiese besar una a una, es una sirena seductora que me invita a unirme a ella, ¿desde cuando viste ropa de cama tan reveladora?, ¡hay de mí! quisiera volver a tomar una ducha, pero helada, por todos los pensamientos libidinosos que tengo en este momento, pero salgo de ellos a la realidad cuando la escucho hablar y verla llorar.--Albert ...yo, no creí que te molestaría tanto la intromisión a tu alcoba, pensé que podríamos pasar la última noche aquí como lo hacíamos en el Magnolia, pero parece que fue una mala idea. - mientras digo esto siento que mis lágrimas corren por mis mejillas, ver la actitud a la defensiva que tomo Albert, me hace sentir muy tonta, avergonzada y triste. - será mejor que me vaya.
- Candy escúchame por favor, no llores mi amor, ¿qué es lo que piensa esa cabecita tuya, para que te pongas así? no es que no quiera que estés aquí y compartir momentos como antes, pero ahora ya no somos los mismos que vivían en ese departamento y no en la esencia, ya no somos enfermo y enfermera o "hermano y hermana", sino que ahora somos novios y si alguien supiese que estas en mi alcoba, mi cama y vestida así, se dirán cosas que, aunque no sean ciertas pondrán en tela de juicio, tu virtud, tú buen nombre y es lo último que deseo.
- Pero a mí, esas cosas no me importan y lo sabes, no vivo de lo que la gente diga o haga.
- No se trata de eso Candy ahora formamos parte de una sociedad que nos señalara con el dedo, si les damos la menor oportunidad, eres la novia de William A. Ardlay, aunque no me guste, tenemos que seguir las reglas, al menos en esto, entiende, no quiero que nadie diga que no mereces ser mi esposa y futura matriarca del clan, o que te valiste de trucos para llegar a esa posición, en esto voy a ser inflexible, no quiero que haya problemas antes de anunciar nuestro compromiso y antes de la boda, ¿me entiendes verdad?
- Si lo entiendo, ¿lo haces porque sabes que no me aceptaran fácilmente verdad? Y no hablo solo de la tía abuela, sino también del concejo, la sociedad, porque no estoy a tu altura y buscaran el mínimo error para separarnos, porque todo es tan complicado en tu mundo, yo solo quiero estar a tu lado y hablar como antes, verte a cualquier hora sin mirar sobre el hombro a ver si los demás me juzgan por eso.
- Llegara el momento que eso pase, pero por ahora debemos ser cuidadosos, yo también quiero estar a tu lado, pero por ahora ten paciencia ¿sí? ¿te arrepientes de ser la novia de alguien tan complicado como yo?
- ¡No! es solo que tantas reglas me abruman, la mayoría de los sirvientes están en el ala oeste y Doroty no dirá nada, solo por hoy ¿podemos quedarnos aquí a hablar y dormir juntos?, que por lo visto una vez que lleguemos a chicago, las preciadas reglas nos tendrán separados, claro , también lo que disponga tu tía.
- Esta bien, ¿pero porque no te pones tu bata? así me sentiré un poco más tranquilo si Doroty te viene a buscar.
- No creo que lo haga hasta mañana temprano, en cuanto a lo otro, es que ella ya hizo las maletas y al parecer se olvidó dejarme la bata fuera o con lo despistada que soy no la vi, además no hace frío.
- Entonces ponte la mía ¿sí? Así, si te destapas no te dará frío. - es lo más tonto que me he escuchado decir, pero verla así, solo me pone nervioso. -
- Pero tú me arropas, además hace algo de calor, ¿no crees?- Vamos ven aquí ponte esto, ¿hazme caso sí?, puede que me quede dormido y no me dé cuenta. - ni si quiera sé si podré dormir con ella en mi cama. -
- Me queda enorme, puede que me pierda aquí dentro. - mientras me echo a reír y Albert conmigo. -
- Bueno pequeña ahora sí, a la cama y dime que es lo que quieres hablar conmigo, ¿que no puede esperar a mañana?- ja, en mi cabeza sólo de repetir ve a la cama, hace que me recorran escalofríos y no precisamente por frío.-
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Nada es lo que parece
Fanfictionuna historia llena, de revelaciones; dudas donde hay que llevarnos del corazón y no de lo que parece.