capítulo 14

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- Candy; deja las lágrimas, ya no eres una niña o una adolescente; nadie dijo que el camino sería fácil, al contrario; es hora de sacar la casta, de lo que estás echa, o es que acaso en el hogar de Ponny te enseñaron a sólo llorar?

- Claro que no, pero me sentí poca cosa a su lado, tengo miedo de fallar y perder a Albert.

- Pero él sólo te ama a ti, no lo entiendes? entre miles de mujeres y mira que él ha visitado muchos lugares y visto muchas mujeres, él te eligió a ti, con tus inseguridades sólo parece que dudas de su amor y eso si que puede provocar que se aleje de ti.

Deja la autocompación, ponte fuerte, deja las niñerías, nada de estar llorando, tampoco estar dejando el camino libre para otras, lo del señorito Terry lo entiendo y no porque Susana estaba inválida, sino que por lo que me contaste, él ya había tomado su decisión, pero no es él único caso en tu haber, aunque supongo que fue lo mejor, ya que ahora eres la novia del señor William.

- Tú sabes que amo a Albert con o sin dinero, en cuanto a lo otro eso también era imposible para mí; estar a su lado haría sufrir a algunas personas... Anny lo amaba y lo ama hoy por hoy con locura; aunque lo pensé, pero sólo por un pequeño momento, él no era para mí, lo quiero pero como a un amigo, más aún como un hermano, al igual que quiero a Tom y quise a Stear.

- Lo entiendo, pero siempre pones a medio mundo antes de ti, deja de hacerlo, cuando te darás cuenta que primero te debes ayudar a ti misma y después al resto?.. en fin, dejomoslo ahí por ahora; muy bien señorita, es hora de fajarte los pantalones y...

- Yo no uso pantalones!!! ya no me dejan, la tía abuela Elroy se infarta si me los ve puestos .- digo esto en medio de risas.- aunque eran muy cómodos esos overoles.

- Bueno es tiempo de dejar el drama y póngase más hermosa para la cena, así nadie la opacará, tome un baño refrescante y no demore que ya no falta mucho, mientras yo veo que se pone.

- Gracias Doroty, que haría sin ti.

- Pues muchas cosas, tú no necesitas de nadie, no pierdas el tiempo ve a bañarte.

Mientras escucho las voces perderse dentro de la pieza, la ira me corroe, porque ella siempre es más amada que yo? porque todo lo mejor tiene que ser siempre para ella? porque que tengo que conformarme con lo que ella deja?
Me encamino a la alcoba que me asignaron cuando estoy de visita, no muy lejos veo venir a mi a una de las piezas que usaré en este juego, para cobrarme con creces todo lo que he pasado por tu culpa.

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- Veo que la costumbre de espiar a la gente, es hábito muy común en ti, por más que aparentes ser una dama refinada, pero sólo basta rascar un poco para que se note el cobre.

- Déjate de tus tonterías, que no hay mucha diferencia entre tú y yo, pero ya que te veo, quiero decirte que acepto tu propuesta, haré cualquier cosa con tal de alejar a Candy de los Ardlay.

- Perfecto, sabía que me ayudarías en esto, así que le mencioné hace un momento a Iona que Candy no es como aparenta, si no cree que pregunté a Niel o a ti, estoy pensando pagar a un par de sirvientes muertos de hambre que hablen lo que yo les diga y tendremos una aliada indirecta, para botar a esa sucia huérfana de nuestras vidas, ejemm... tú entiendes verdad?

- Mejor de lo que crees...

- Y más te vale que no juegues conmigo, porque fuiste tú misma la que se acercó llorando a mi después de andar de chismosa en la conversación de esos dos y la tía abuela, la verdad nose porque te sorprendes? sabes bien que hay cierto tipo de personas que no deberían entrar en las familias de renombre, pero si me ayudas a sacar a esa del camino, prometo no interferir en el tuyo, es más le hablaré bien de ti a la tía abuela Elroy.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora