capítulo 4

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Mientras nos alejamos por el sendero, puedo ver las diferentes flores silvestres que tanto me gustan con las que solía jugar con Anny a hacer guirnaldas y adornos, alguna vez hice una para Albert.

El sol se filtra por las ramas de los árboles y da una sensación de paz y tranquilidad.

- Albert una carrera hasta el cruce de caminos, el perdedor hará todo lo que quiera el ganador. - Grito esto último, mientras salgo a todo galope, dejando una leve estela de polvo tras de mí. -

-Candy, eso es trampa!, pequeña traviesa. - Salgo en pos de ella, mientras escucho la estela de su risa tan contagiosa. -

- ¡Gane, gane!!! ¡Te gane Albert!!! Ahora harás lo que yo quiera. - digo de forma juguetona. -

- Eso fue trampa Candy.

- Ah no señor Andley, no se va a echar para atrás, ¿o sí?, es una apuesta y tiene que cumplir, es un hombre de palabra ¿verdad?

- Bien señorita White Villers, dígame ¿que desea?

- Por lo pronto un beso. - mientras apego mi montura a la suya, a la par estiro mi rostro hacia el suyo y susurró en sus labios. - Debe ser un gran beso ya que yo soy la ganadora. - es la primera vez que soy tan osada por lo general siempre es Albert el que comienza las caricias y juegos. -

- Ganaste porque hiciste trampa pequeña, pero por esta vez con gusto soy el perdedor, ya que me premias con un beso. - Lo que empezó con un beso tierno, termino siendo un beso muy pasional y cargado de deseo, que por un momento hizo que me olvide donde estaba, poso mi mano en su terso rostro y pego mi frente a la suya, mientras recupero el aliento. - eres lo mejor que tengo en mi vida Candy... decir te amo es poco en comparación a todo lo que siento en mi por ti, mientras poso su mano pequeña a la altura de mi corazón, debe de sentir que late de forma alterada y no por la carrera.

- Tú también lo eres todo para mi Bert.

- Es lo único que puedo decir, tras recuperar mi mano y tratar de calmar no solo el aliento sino la paz en mi cuerpo y alma, nunca he sentido este sentimiento tan abrazador y cálido que siento,es un fuego que empieza en mis entrañas, da miedo no saber exactamente como nombrarlo.

- Ya te habrás dado cuenta hacia dónde vamos ¿verdad?
Veo un poco el camino he estado un tanto "despistada", que después de observar mejor es obvio el lugar.

- A la casa de mis madres, al hogar de Pony. - me siento un tanto desilusionada, esperaba otra sorpresa quizás. -

- Sabes? antes de irse George, me dijo que debo estar en Chicago en 3 días, eso nos deja hoy y mañana temprano para finiquitar todo lo pendiente que tenga aquí en Lakewood, porque el viaje en tren prácticamente nos hace perder mucho tiempo y también quisiera que lleguemos con tiempo para descansar; por lo que tengo que hablar con ellas e informarles sobre todo lo que hemos decidido ya bastante negligentes hemos sido en no ir antes con ellas, pero primero quería tener los papeles de la sesión de tutoría legal , quiero que hagamos las cosas bien, no quiero cometer ningún error en lo que a ti respecta Candy, me hubiese gustado que George estuviese presente, pero han surgido cosas que no podía posponer.

- No seas aprensivo, mis madres entenderán, además confían mucho en ti sr. Andlay. - mientras trato de quitarle un poco de formalidad al asunto, ni que fuese a pedir mi mano, supongo que para eso pasara algo de tiempo. -

Avanzamos algo sumidos en nuestros pensamientos, hasta que se escucha el barullo de los niños del hogar, gritando a todo pulmón ¡Candy regreso!, ¡Candy regreso! Ni cuenta me di que tan cerca estábamos de mi querido hogar.

-Hola Candy, que bueno que viniste, ¿te vas a quedar?

- Podemos jugar con los caballos?

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora