capítulo 13

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Al inicio tuve que concentrarme el doble para conseguir entender a mi tutor, me preguntó si alguna vez he tocado algún instrumento, después de recordar le dije que quizás la armónica, pero me respondio que ese era un instrumento muy corriente de gente sin clase, luego recorde que alguna vez Terry quiso enseñarme a tocar el piano cuando estuvimos en Inglaterra en el colegio San Pablo, pero al parecer no quedo nada de sus enseñanzas y tampoco logre entender o hacer lo que me decía el pobre, así que luego de hacer sangrar los pobres oídos de mi maestro y los míos también, lo dejamos de lado, por lo visto nunca estaré a la par de Albert, Archy, ni mucho menos de Anny, en el violín fui aún peor eche a perder dos cuerdas; creo que nunca podré hacer un dueto con Patty; estaba tan desanimada, pero el tutor me dijo que volveríamos a probar con ellos más adelante.

Me ánimo a probar cantando, después de reír le dije que de tanto gritar, mi voz será aún peor que las anteriores, pero luego de hacer ejercicios de calentamiento y poner a trabajar mi diafragma, impostar la voz y no se que tanta cosa que me mareo, hasta yo me sorprendí al oírme cantar una nana de cuna, que la señorita Ponny nos cantaba; estaba muy contenta porque mi tutor me felicito y que trabajariamos en esto primero.

Ya quiero contárselo a Albert o mejor aún cantarle o quizás sea mi secreto y cuando haya mejorado más, le de la sorpresa, iba inmersa en mis pensamientos, mientras lo buscaba que casi me choco con alguien.

- Disculpe, no la vi; venía distraída.

- No se preocupe, yo también lo hacía.

- Discúlpeme nuevamente, la dejó, estoy buscando a alguien.

- Si es a sus amigos Archy y Anny acaban de ir al jardín, los hermanos Leganz están en sus habitaciones, aunque dudo que los busque a ellos y ... Albert no está, salió hace rato y parece que volverá hasta la cena, al menos eso dejó dicho.

Esta mujer está más enterada de todo los movimientos de los que viven en esta casa, más aún de Albert, será que estuvieron juntos hasta ahora? por eso él no me busco después de volver de su dichosa salida, por que lo llama con tanta confianza? será que el se lo permitió después de todo?

- Le gustaría tomar el té conmigo, señorita Candy.

- Claro, será un placer, por aquí por favor.

Aunque estaba tentada a decirle lo contrario, preferi seguirle el juego y ver a donde nos lleva esta conversación; veo que sorprendió el que yo tomase la batuta y me pusiese de anfitriona; después de sentarnos, hice sonar la campanita del servicio, poco después Doroty apareció ya con el carrito del té y las pastas, siempre tan eficiente, luego de dejar todo listo se paro a una distancia prudente como dicta la norma de casa en caso de que deba atendernos.

- Usted dirá, señorita Iona.

- No seamos tan formales, dígame Iona, así yo podre decirle Candy, quiero que seamos amigas, me siento un poco sola aquí en América.

- Es normal, ya que no conoce a nadie y no trajo con usted ni siquiera su dama de compañía, puedo entender que se sienta así; pero esta bien, puede llamarme Candy que yo haré lo propio y la llamaré por el suyo.

- Me parece excelente, así seremos amigas, quisiera saber algunas cosas, si no la molesta claro está; tengo entendido que es o era la hija adoptiva de los Ardlay, debe sentirse muy afortunada, pero sobre todo que se siente tener un padre tan joven y guapo como Albert?

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora