22. Por segunda vez

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Mike se dirigía muy rápido a la casa de Sam, estaba como a unos diez minutos caminado desde su casa. Así que iba casi corriendo con la mano en el celular viendo la ubicación.
Cuando llegó a la puerta de la casa de los Grier, trató de tranquilizar su respiración ya que estaba demasiado agitado, ya que digamos no era muy fan de el ejercicio. Dio un último suspiro y tocó de nuevo la puerta, cambiando sus pensamientos como ya hace un tiempo había hecho lo mismo pero en un hospital por la misma razón: Milo.

—Heeey, ¿sigues ahí?—dijo Elliot al ver a un Mike muy sumido en sus pensamientos.

—Sí, sí, lo siento-dijo este meneando la cabeza.

—Pasa, Milo está en la habitación de Sam y tranquilo que el perro está de vacaciones en casa de una prima—mencionó Elliot con tono de burla.

Mike asintió y entró a la casa.

—Sube por las escaleras y hasta el fondo a mano derecha es el cuarto de Sam—indicó Elliot desapareciendo por, a lo que parecía ser, era la cocina.

Mike subió las escaleras de dos en dos para llegar más rápido (aunque sólo sean seis escalones). Recorrió el pasillo, viendo los cuadros de la familia, donde había una de Sam muy pequeña sosteniendo un perrito (Cafecito). A Mike se le hizo tan adorable la fato ya que tuvo la necesidad de aguantarse de no tomarle una foto de su celular, ya que estaba Sam vestida con un vestido azul celeste simple, con el perro entre los brazos, y una hermosa sonrisa dando a conocer sus dos dientes del frente que le sobresalen.

—Con que viendo, ¿eh?

Mike se sobre salta al momento de oír la voz de la chica. Volteó algo avergonzado y (viéndolo raro) sonrojado.

—Yo lo-losiento, vi el perro y me dio curiosidad—se excusó tartamudeo.

—Claro—dijo Sam lento y entre cerrando los ojos—. Porque yo la otra vez cuando fui a tu casa y vi tu foto no te estaba viendo a ti, sino la mancha de suciedad que estaba estaba en el vidrio. En fin, pasa, aquí está Milo, despierto... O eso creo.

Ignorando lo que dijo la chica, este dijo <<permiso>> y pasó a su cuarto. Y lo vió, como si la cama fuera una nube. Estaba hecho bolita, de la cadera a los puesta tapados y la boca abierta.

—La verdad no se la razón por el cual se puso así, solo me descuidé unos minutos aquí en mi cuarto y cuando baje Elliot estaba extrañamente en silencio solo observando cómo Milo bebía de la botella sin pudor alguno.

>>Le pregunté a Elliot que qué había pasado y me dió la espalda y se fue. Extraño.

—No se que decir, pero si quieres en estos momentos ya me lo puedo llevar.

—¿Estás loco? Ya es tarde y no puedes ir solo con un ebrio entre brazos o en taxi. Si quieres quédate aquí con él y yo duermo con Elliot, de todos modos mis padres llegarán hasta mañana por la tarde.

—No quiero incomodar más, de verdad—dijo Mike negando.

—No lo haces. Solo deja sacarte otra cobija porque con una no tendrán.

Sam movió una silla que estaba a un lado de ella y la puso al frente de su closet, subió, abrió una de las puertas, se puso de puntillas y trató de jalarla, pero no pudo. A lo qué Mike sin avisar se puso a un lado de ella y jaló la cobija sin complicación alguna. Sam baja de la silla y la quita, se pone al frente de Mike y toca la cobija, sintiendo al mismo tiempo las manos de Mike.
Mike de repente le empezó a acelerarse el corazón, sintiendo un poco de vergüenza. Entonces Sam hizo algo que dejó que a Mike lo estaba dejando hasta de respiración, fue acercándose más y más, casi al tiempo (de nuevo) de sentir sus respiraciones del uno del otro.
Mike bajó la cabeza y Sam alzó cabeza, dejando a contacto sus ojos.

EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora