—Entonces me estás diciendo que la chica dueña del perro que mordió mi pierna, que además de ser muy bonita y lo que me dijiste simpática, me dejo unas margaritas mientras dormía con la boca abierta, ¿verdad?—Milo, te he dicho que si tres veces—dijo Mike haciendo el número con tres dedos y rodando los ojos.
—¿Qué no entiendes? ¡Me vió dormido con la boca abierta! ¡Una chica linda!—dijo cerrando los ojos y tomado su cabeza con las dos manos—. Que deshonor.
—Milo, no seas dramático—Mike rodó los ojos y le dió un zape en la nuca.
—No merezco estar aquí, iré a hundir mis penas en licor.
Mike se echó una carcajada—Claro, para eso tendrás que ir al súper a comparte una botella, hermano.
—Pues iremos al súper a comprar esa botella.
—No—dijo Mike—. Iremos al súper a comprar cosas para alimentar a nuestra panza. Y quizás te compre una cerveza.
—Hermano, yo necesito más que una cerveza. Necesito un licor.
ESTÁS LEYENDO
EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN
Historia CortaPorque ella guardó su recuerdo en su corazón. Y él guardó su ausencia en sus recuerdos.