13. Nuevo consejero

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Mike, no sabía que hacer o cómo actuar. De verdad. Nunca estuvo que estar en el lugar de aconsejar a alguien y menos una mujer, y eso le aterró.

Cuando Sam se soltó a llorar y vió que empezaba a llenar el cojín de lágrimas y mocos. Lo único que hizo es poner una mueca y sentir lastima.

Idiota, ¡reacciona!

Mike sacudió la cabeza y se acercó a ella, tocándole el hombro.

—Oye, tranquila—trató de "consolarla", pero lo único que consiguió fue que la chica llorara aún más—. Oye mira, no soy bueno para dar consejos pero, ¿por qué solo no tratas de estar alegre? La verdad no sé cómo siente tener un corazón así, pero si yo estuviera en tu caso, haría todo por hacerme feliz a mi y a los que quiero, ¿ajá?

>>Disfruta las cosas que puedas hacer ahorita y ponte alegre. Demuéstrale a la vida que eres más fuerte y puedes darle una sacudida por atrevida y estúpidamente cruel e injusta.

Sam al terminar de escuchar al chico y sus ideas, empezó a reír.

—Gracias, Mike—dijo hipando y secando con su dorso de la mano las lágrimas.

El chico suspiró aliviado por tranquilizarla y le dió una sonrisa de boca cerrada.

Lo siente qué pasó fue que Mike acarició su pómulo quitando todo rastro de lágrimas.

Sam, no pudo más que mirar sus ojos. Unos hermosos ojos cafés al igual que los de ella.

—Mikye...—la frase quedo suspendida cuando Milo los observo—. Nada hermano—dijo con una sonrisilla traviesa. Y subió de nuevo las escaleras.

Mike retiró su mano y carraspeó la garganta.

Sam, se puso de pie y le miró.

—Gracias por todo Mikye,—rio un poco—la nieve estuvo increíble. Gracias por aguantarme y ¿podrías decirle a Elliot que me fui a casa?

—Claro—dijo con tono de duda y soñando lo más casual después de lo que ocurrió.

—Gracias—agregó Sam y se alejó.

Quedando Mike solo en la sala con una nieve ya derretida en su vaso.

EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora