16. Una propuesta

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Al momento de que Mike dejó pasar a Sam, está se quedó parada delante del sofá, con el entrecejo arrugado y mordiéndose la pinta de la lengua.

Esa vez iba vestida con un pantalón de franela que llegaba más arriba de sus pies (o un pantalón brinca charcos diría su madre) y un jersey blanco. Y, sin duda, no le faltarían sus tenis.

—Necesito... un favor—se volteó con Mike—. En el cual tú podrías ser de ayuda. Demasiada ayuda.

Mike levantó una ceja.—¿Y ese favor se trata de...?

—Quiero que seas mi modelo para una sección de fotos que quiero hacer para mandarla al estudio en el cual quiero estudiar fotografía. Y eres un tipo agradable—quiso agregar que de hecho era demasiado agradable y guapo, pero mejor omitió esa parte—, y pues no tengo más a quién recurrir.

Ja, claro que tienes. Cómo a tu primo, que por cierto, está demasiado guapo.

Mike se quedó mudo, aún procesando lo que salió de la boca de aquella chica.

—¿Quieres que sea tu muso?

—¡No!, no—dijo Sam rápidamente—. Bueno... algo así.

—Vaya—rascó su ceja algo incómodo—, creó que... ¿lo puedo pensar?

Sam no tardó en contestar—. Claro.

Sam no había notado que sus manos empezaban a sudar. Tal vez es la calefacción de la casa, pensó.

Había un momento de silencio en el cual Sam de repente empezó a sentir dolor en su brazo izquierdo, era un dolor tenue, pero aún así dolía un poco.

—Huh, bueno. Tengo que irme, y solo piensa en esta propuesta, ¿si? Por favor.

Mike solo asintió tres veces.

—Hasta pronto—y salió.

EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora