3. Tres corazones rotos

3 1 0
                                    


Sam ya estaba por irse del hospital, su corazón ya había sido controlado después de lo qué pasó.

—¿Él está bien?—preguntó de nuevo a sus padres.

—Sam, te hemos dicho que todo está bien. Solo sufrió unas mordidas y el espanto.

—Casi nada—dijo esta con ironía.

Sus padres Amanda y Frank solo se voltearon a ver. Sus caras preocupadas.

—Sam—la nombró su madre—.¿Sabes que no puedes estar preocupándote tanto, verdad? Cielo, sabes que tú corazón no está en buenas condiciones para aguantar tanto estrés.

Sam rascó su ceja derecha algo exasperada.

—¡Por favor ma! Perdón por preocuparme por los demás, sabes que mi problema del corazón no tiene remedio ¿verdad? Que algún día moriré por mi corazón defectuoso que tengo. ¿Crees que me importe en realidad eso? Estoy harta de no vivir como deseo.

>>Estoy harta de este inservible corazón.

Sam, lo último que dijo lo dijo casi en un susurro. Sintiendo cómo se le oprimía el pecho y cómo sentía sus ojos cristalizarse.

Amanda no hizo más que abrasar a su esposo y dar un sollozo.

Ahí los padres en realidad
tuvieron un corazón roto por escuchar las palabras crueles y tan realistas de su hija.

Y una vez más, el corazón de Sam también estaba roto por la cruel realidad.

EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora